Abrí un ojo, tratndo de adaptarme a la luz que entraba por la ventana.
Al principio me chocó ver que no era mi habitación, aunque por desgracia, no tardé mucho en acordarme del destre de ayer.
Sacudí la cabeza, diciendome a mi misma que no me seguiría machacando con eso.
Salí de la cama y fui con cautela a la cocina. Alfon aún estaba durmiendo en el sofá. Me sentí mal al verlo echo una bola, ya que el sofa era de dos plazas y a el le quedaba corto.
¿Lo despierto? Posiblemente mas tarde me lo agradezca su columna vertebral.
—psss, pelirrojo—Sacudí su hombro, probando suerte a ver si lo despertaba.
—mmmm... —hizo un ruido similar a un bostezo.
—ve a tu cama anda, que si pasas mas tiempo aquí tendrás tortícolis. —el se incorporó al instante.
—ya voy mamá —se refregó los ojos y sin mas se fue a su cuarto en modo zombie.
Yo aún seguía riendo. Me a llamado mamá estando adormilado, que mono.
Un teléfono empezó a sonrar. Antes de contestar, esta vez me asegure de que fuera el mio, y si, esta vez si.
—¿Hola? —pregunté, sin haber leído anteriormente quin me llamaba.
—hey hija—saludó mi padre.
- Dime papá, ¿pasa algo? — le pregunté con el tono bajo, para no despertar a alfon.
- ¿Terminaste las cuentas que te pedí? — respondi con un "ajá" para que siguiera hablando.— ¿Qué tal?—
- No muy bien, para que te voy a mentir, ¿te parece si hoy voy a comer a casa y hablamos? — le propuse mientras buscaba un boli y un papel.
- Perfecto, a la hora de siempre. — asentí con la cabeza aunque no pudiera verme, una manía. — Chao Ad, te quiero.—
- Chao papi, yo también te quiero. — me despedí y colgué la llamada.
Tras buscar por un rato, por fin encontré un boli y un taco de _post-it's_.
Después de un tiempo pensando en que poner terminé por escribir: "Pelirrojo, gracias por dejarme quedarme en tu casa, ya te invitaré a un café o algo para agradecertelo :)"
Pegué el _post-it_ en la nevera para asegurarme de que lo viera y me fui.
Caminé hasta mi casa, tampoco es que estuviera excesivamente lejos y tampoco tenía dinero para coger un taxi, ayer había salido con lo justo.
Al llegar al portal, me lo quedé mirando, entrando en un pequeño trance.
Pobre mujer, el disgusto que se tuvo que llevar al oírme a mi en vez de a su marido.
Resople frustrada, ya que yo no podía hacer nada para arreglarlo, y despues subí a mi piso.
Tan solo llegar me duché lo antes posible. El procedimiento de cambiarme fue igual de rapido, me puse lo primero que vi el ma silla del escritorio y listo.
Estaba por irme, pero algo reluciendo en el suelo me llamó la atención. Me agaché con cautela, como si eso me fuera a atacar. Conforme me acerqué me fui dando cuenta de que era.
El anillo de compromiso de Carlos.
Mi lado más rencoroso salió a la luz, y lo que hice fue agarrarlo e ir al baño. Subí la tapa del retrete y sin mas tiré la alianza.
Jodete toro de marca blanca.
Satisfecha, tome mis llaves del coche y bajé al parcking.
Mis padres viven en Marbella y yo estoy em Fuengirola, por ende he de ir en coche, aún que tan solo sean 24 minutos.
Conecte el teléfono con bluetooth a la radio y puse la primera playlist que encontré en mi cuenta de Spotify.
Una media hora después aparqué frente a la casa de mis padres. Sali del coche con una carpeta llena de papeles y caminé hasta la puerta.
Unos segundos después de tocar al timbre me abrió Carmen, la asistenta de mis padres, llevaba interna en esta casa desde que yo era pequeña, una mujer en la que se puede confiar.
- Buenas tardes señorita Adara. — me saludo con el tono educado que le había escuchado desde pequeña.— Sus padres la están esperando en el comedor.—
- Buenas tardes Carmen. — le di dos besos antes de comenzar a caminar hacia el comedor.— Muchas gracias.—
Saludé a mis padres y me senté a comer. Cuando ya estábamos tomando el café abrí la carpeta y saqué un par de papeles para enseñarselos a mi padre.
- Papá, he repetido las cuentas muchísimas veces para asegurarme, te voy a ser directa y sincera con lo que pienso. — tomé aire porque no sabía cómo mi padre se podría tomar esto.— Te están robando.
La cara de mis padres se transformó radicalmente, creo que nunca se hubiesen esperado esto.
Agarró los papel para comprobarlo por su cuenta. Conforme pasaba páginas, iba soltando insulto tras insulto.
—¿Pero como? —cuestión una vez terminó de revisar todo.
—no lo se del todo, pero—busqué el papel donde tenía todo los ingresos y pérdidas de la última semana. —mira aquí. Claramente estas perdiendo mas dinero del que ganas. Estamos perdiendo beneficios—
Hico una mueca de estar desconforme. Me sobresalté cuando dio un porrazo en la mesa, signo de frustración.
—no entiendo. —apoya sus codos en la mesa y recuesta su cabeza en la palma de sus manos.
Llevé una de mis manos a su espalda y dejé unas cuantas caricias. Esto es realmente malo.
—¿ya estáis? —preguntó mi madre saliendo de la cocina. Se quedó estática al ver a mi padre en estas condiciones. Jamás lo vi tan preocupado. —cariño ¿sucede algo? —
Se recompuso en su asiento, dejando ir varios suspiros.
—si sucede algo, Eli. —mi madre tomó asiento a su lado, y de inmediato buscó respuestas en mi mirada. Yo negué. —creo que alguien sabe que el casino es una tapadera—
- Pero, ¿cómo lo van a saber? Es prácticamente imposible, sólo lo sabe la gente de confianza. — mi padre se encogió de hombros ante la pregunta de mi madre.
La verdad es que esa era una de las pocas respuestas y la más lógica. Que alguien hubiese descubierto que el casino solo es una simple tapadera para blanquear dinero y que muchas veces se usa de almacén; que de alguna manera hubiese conseguido acceder a este, halla robado y este vendiendo por su cuenta.
- Papá, ¿crees que ha sido alguien que trabaja allí o alguien totalmente ajeno? — pregunté intentando sonar calmada para relajar la tensión del ambiente.
- Tiene que ser alguien de dentro, que pase tiempo allí, no hay ninguna otra manera. — respondió mi padre mirando un punto fijo en la habitación. — Hay que averiguar quién es, ya.—
Iba a contestar pero mi tono de llamada interrumpió la conversación.
Me disculpé sacando el teléfono del bolsillo, le lancé una mirada a mi padre pidiendole permiso para descolgar al ver de quien era la llamada.
Me levanté de la mesa y salí del comedor para responder después de que mi padre me hiciera un gesto con la cabeza para indicarme que no tenía ningún problema con que respondiera.
- Buenos días. — escuché la voz de alfon algo ronca, todavía se acabará de despertar.
- Dirás buenas tardes, porque ya son como las tres y media. —
- Si alguien no me hubiese despertado a las tres de la mañana tal vez habría madrugado.—
- Uy, a ver con quien te juntas tu a esas horas. — solté una pequeña risa aunque era una mierda de broma.
- Me debes un café, ¿quieres ir a tomar algo más tarde? —
°°°°°°
¿Alguna vez escuchasteis "lo bueno tarda casi un mes el llegat"? Si no es así, pos bueno ahora sí k si xd.
ESTÁS LEYENDO
𝑵𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 -BTA
Ngẫu nhiênAdara, una chica que vive en Málaga harta de su soltería, decide quedar con un chico que conoció en Tinder. En principio la jugada no le sale muy bien ya que su cita decide no aparecer. Pero ya sabéis lo que dicen, una de cal y una de arena. Así que...