Capítulo Único: La Fuente De Agua

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Fue en un atardecer, cuando pasó aquello que tanto ilusionó al pobre chico, quien ahora se encontraba en una banca de un parque, sentado, con una rosa roja en la mano, hipeando y sollozando. Éste vestía un traje de gala, dando a entender que al parecer iba a su baile de graduación, o alguna cosa parecida. La gente que pasaba, susurraba preguntándose qué le debió haber pasado al chico. Extrañados de que fuera un chico y no una chica quien estaba llorando solo, con una rosa que empezaba a marchitar, y sin importarle ensuciar su traje con la tierra que se encontraba en la banca en la cual estaba sentado, preguntándose qué hizo mal, mientras miraba a aquella dichosa fuente de agua, en la cual la chica juró amarlo sólo a él, sin saber que sus palabras no tenían una pizca de verdad.

-¡Oye, no tienes de qué preocuparte! Yo te amo a ti, solo a ti, no a él.- Dijo una chica a su pareja, ambos eran una pareja sin experiencia, pero se las arreglaban para ser felices como eran, o al menos así lo creía el chico.

-¿De verdad?- Le respondió el de género masculino, entusiasmado ante la idea de que a ojos de la chica, no había nadie más que él. Sonrió tiernamente, contagiando a la chica con su sonrisa, a la vez que se levantaban y simulaban bailar alrededor de una fuente de agua, la cual les salpicaba a ambos sutilmente, aunque a ellos no les importó. Para ellos sólo existían ellos mismos, bailando de manera cómica y riendo.

Cualquiera que pasaba sonreía al ver la escena, era lindo ver a una pareja de jóvenes haciendo tales cosas, pues ahora la adolescencia se encontraba corrompida, habiendo muchas más niñas y niños que no valoraban lo que de verdad era una bonita relación, y que solo se interesaban en experimentar cosas que no se deberían experimentar a tal edad.

Y todos los días empezaron a ser así, los jóvenes se encontraban siempre en aquella fuente de agua, que parecía nunca agotarse, y también parecía iluminarse con la presencia de la pareja.

Y conversaban temas triviales, y compartían dulces besos, se confesaban su amor por el otro, de una forma tan inocente que nada podría dañar aquello.

Todos los días, aquella fuente de agua se encontraba en función, y daba la sensación de que seguía en función simplemente por ellos, porque ellos eran los que frecuentaban ahí, los que lanzaban monedas a la fuente prometiendo que nada acabaría con lo suyo.

Una bonita relación, sincera y tierna, muy inocente, una relación que ya no se era común hoy en día, pero que era una maravilla para aquellos que creían perder las esperanzas en encontrar a alguien quien se interese verdaderamente en los sentimientos, pues al verlos, toda esperanza volvía a ellos, porque esa pareja era tan inocente que de verdad parecía que nada podría acabar con aquella hermosa relación.

Ahora se encontraba mirando a la dichosa fuente de agua, preguntándose cada tantos qué hizo mal, buscando en su memoria cualquier error de parte suya.

No podía dejar de llorar, simplemente se acercó a la fuente, que, curiosamente no se encontraba en funcionamiento en aquel momento, y parecía abandonada, triste y hasta deshecha.

Logró divisar pétalos marchitos de otra rosa que él juraba reconocer, pues ahora que lo pensaba, era una rosa que él le había dado a la chica que sinceramente no sabía si seguir llamando pareja. "¿Por qué la tiró?". Se preguntó el chico, para luego dirigir su vista hacia varias monedas en el fondo de la fuente, sabiendo que la mayoría fueron lanzados por él y su ahora ex-pareja, monedas que fueron lanzadas mientras se profesaban un supuesto amor eterno.

Quería volver al lugar donde se estaba dando el baile, quería comprobar que no era una pesadilla o una mala pasada que su mente le hizo.

Pero él sabía, en el fondo, que era muy real.

La Fuente de Agua (OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora