ㅡ Soñar con nuestro es futuro es hermoso pero... también me da miedo ㅡ confiesa el peliceleste dejando ver temor en su mirada ㅡ me da miedo que... jamás se cumpla ㅡ murmura.
ㅡ Eso no va a pasar, siempre cumplo con mis promesas ㅡ responde en reproche...
ㅡ Esta es la primer casa, es protegida por los Saints de Aries ㅡ ingresan y el menor mira a su alrededor con recelo, notando una cama y un ropero en una esquina del enorme templo ㅡ Todos los soldados y doncellas que deseen vivir dentro del Santuario tienen que esperar encontrar una vida llena de humildad y sacrificios, darlo todo por nuestra Diosa y por el bienestar del mundo, para eso nos preparamos para ser Saints ¿no crees? ㅡ habla de manera amable sintiéndose alegre al ver el rostro tranquilo del niño y al sentir que su mano ya no estaba helada como cuando la tomó.
ㅡ ¿No hablas, verdad? Bueno... debemos enseñarte y aprender lenguaje de señas, es importante que podamos comunicarnos como compañeros que somos ㅡ mira a su menor encontrándose otra vez ignorado por él, poniéndose incómodo ㅡ ni siquiera se si me estás entendiendo... ㅡ murmura cansado, había pasado todo este tiempo hablando solo y sin siquiera tener la mirada de su compañero.
"Solo espero que no me obliguen otra vez a enseñarle el recorrido si se le olvida el camino" - se queja.
Siguieron caminando hasta que llevaron a una cabaña un poco grande, Aioros soltó la mano del menor y abre la puerta con una llave que él tenía dentro de su bolsillo.
ㅡ Este es el penúltimo lugar que debo mostrarte, es la cabaña donde nosotros vivimos junto a Saga, Aioria, Deathmask y Shura ㅡ entra y Piscis lo sigue por detrás ㅡ Esta es la sala, el comedor, la cocina, el baño, los cuartos y por último ㅡ habla señalando lugares mientras seguía caminando ㅡ Este es tu cuarto ㅡ abre la puerta dejando ver un cuarto sencillo, con una cama, un ropero y una ventana, algo a lo que el peliceleste no estaba acostumbrado ya que había pasado varios meses durmiendo en el suelo de un cuarto sucio y lleno de niños que no paraban de llorar en ningún momento, de repente la mirada de Piscis se vuelve triste, dejando confundido al castaño por su reacción.
ㅡ ¿Qué... qué ocurre? ㅡ le pregunta un poco asustado pero el menor solo se limitó a mirar el suelo y luego ir de manera lenta a la cama para acostarse en posición fetal. ㅡ ¡Piscis! ㅡ lo llamó ㅡ ¡Vamos, levántate, no puedes dormir ahora! ¿Piscis? ¡Ah! ㅡ se dirige con los ojos cerrados de la molestia a donde estaba el ojiazur.
"¿Por qué a mi siempre me toca el trabajo difícil?" pensó y la imagen de como se encontraría Saga con los demás se puso en su mente. "Seguro ahora está jugando con Aioria y los otros dos haciendo travesuras¿Por qué nadie puede hacerme caso? ¿Debería tener la voz de Saga para que me obedezcan?" abre sus ojos observando como su menor aún tenía los ojos abiertos mirando a la nada, como ya era normal ver en él.
ㅡ ¡Solo vamos a un lugar más y te dejó dormir! ㅡ le propone pero este cierra los ojos ㅡ ¡Ay, vamos! ¿Tanto te cuesta?.
"Demonios..." suspira "Espero, Saga me entienda"
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