SEÑORES DEL VIENTO

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Siempre creí que existía algo maravilloso en los otoños mendocinos, la belleza con que caen las hojas y como parecían bailar al compas de una canción de viento. bordeando las calles con ese brillo de un amarillo tan cálido que realza la frialdad y crudeza del invierno,
Un día los ví, ¡Sabía que existía algo! En las hojas, un pequeño destello que reflejaba un rayo de sol, una figura transparente, casi esférica bailaba y se movía sobre una de las hojas, lustrándola y dándole ese brillo entre amarillo-anaranjado, casi dorado que las caracteriza. No era uno, estaba lleno de ellos, en cada hoja de cada árbol, esperando a terminar su trabajo para dar un pequeño y casi gracioso salto que la haría caer.
Que bello y mágico es el otoño Mendocino ¿Que serían esas mágicas criaturas que se balanceaban como jugando entre los árboles? No lo sé. Su existencia es simplemente inefable, pero sin duda es hermosamente agradecida.

UNA MARAVILLOSA MENDOZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora