Un atardecer, la luna comenzaba a eclipsar el sol, y un pequeño grupo de nativos encendía el fuego para pasar la noche, no podían si quiera imaginar lo que iba a suceder.
Cuando la luna se posó sobre frente al sol y lo único que se veía era una aureola brillar, un pequeño rayo de luz escapó de esa desconocida y atemorizante fusión. Ese rato cayó sobre el fuego y de él brotó una figura extrañamente familiar, un zorro, pero tan grande como el perro más grande, el cual brillaba con un tono de color verde agua fluorescente que brotaba de todo su cuerpo pero más intensamente de sus ojos, como un fuego apacible que dejaba una estela fantasmal al caminar.
Nadie de la tribu fue atacado por ese ser, solo desapareció serenamente en la eclíptica penumbra
Dicen que no ataca, es un protector. Solo lo hará si la naturaleza se ve amenazada por algo o alguien. Cuando esto sucede, ese fuego pasible se vuelve violento, de un brillo anaranjado, y pobre de quién ose enfrentarlo.
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UNA MARAVILLOSA MENDOZA
FantasyMendoza, el lugar donde vivo, siempre fue hermoso en si mismo, pero quién iba a decir que también podía ser mágico... ¿Te gustaría descubrir sus misterios? Cuatro pequeños relatos sobre cómo la magia puede volver tan hermoso a un lugar