Visita de medianoche

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Miro a un lado y después al otro antes de salir de detrás del arbusto, asegurándose que no hubiera nadie haciendo la guardia nocturna en esa zona; de ser atrapado estaría en serios problemas.

Hacia mucho que, el toque de queda para los jóvenes amos invitados, y la hora de dormir para los discípulos Lan, había pasado; posiblemente las únicas personas despiertas y caminando alrededor de los jardines, eran solo los vigilantes nocturnos. Cosa que él no era. En su fuero interno volvió a maldecir a su mala suerte y a Wei Wuxian por haberlo arrastrado a esto.

Dio un giro repentino, cubriéndose detrás de un árbol al ver a un Lan a lo lejos, quien rápidamente retomo su camino al no encontrar nada raro en la zona. Cuando pudo constatar no había moros en la costa, Jiang Cheng camino veloz hacia el pabellón privado que se extendía delante de él, la habitación privada del primer joven amo de Gusu, donde posiblemente se encontraba durmiendo Lan Xichen, el Hanshi.

Levantó la mano pesadamente y soltando un sonoro suspiro, golpeo un par de veces, lo suficientemente fuerte para que en el interior escucharan el llamado.

1.

2.

3 segundos.

Nada.

Volvió a odiar a su hermano, y esta vez a Huaisang y al pavo real junto con él, mientras recordaba lo que había pasado hace solo unas horas atrás.

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Cuatro horas antes.

– Veamos, tenemos algo de comida, tenemos jarras de sonrisa del emperador y tenemos entretenimiento – verificaba el joven Nie al ver sobre la mesa los bollos al vapor, algunas semillas de loto, el alcohol, junto con juegos de mesa y libros para adultos que él mismo había llevado.

– Sigo pensando que esto es una mala idea – murmuró Jiang Cheng.

– Vamos ChengCheng, el viejo Lan salió y aún no ha vuelto, por lo que no tenemos que asistir a sus clases. Y con lo que ocurrió hoy en Caiyi y esos fantasmas de agua, no esta de más que nos divirtamos un poco y nos relajemos. Hasta el pavo real vino – Señaló Wei Wuxian con su dedo, donde un molesto Jin ZiXuan lo miraba frunciendo el ceño y tomaba un gran trago de su vaso.

– Si Jiang-Xiong, ha sido una experiencia horrible, y divertirnos un poco no nos matara. – Huaisang apoyó, mientras le tendía una taza con licor.

– Solo hará que seamos castigados. – murmuró y tomó el alcohol ofrecido.

– Bueno, yo no veo a Lan Zhan aquí – señaló su hermano – y quiero creer que no iras a decirle a él o al viejo Qiren lo que haremos aquí.

– Y yo espero que en serio tu no lo hayas invitado, como para que, sospechando de ti, venga a vigilarnos. – le retó molesto.

– Le dije de pasar el rato juntos con una jarra de sonrisa del emperador – En cuanto esas palabras salieron de su boca, todos los chicos que ya se encontraban en la habitación dejaron de hacer lo que estaban haciendo, ya fuera comer, beber o leer, y miraron asustados a Wei Wuxian – Pero como siempre, dijo que era ridículo y me rechazo. – El mayor de Yunmeng se encogió de hombros; y todos en la sala dejaron salir el aire que estaban conteniendo.

– Lo que sea, dudo que venga, y en todo caso podemos poner un talismán para evitar salga el sonido de aquí – apuntó Jin ZiXuan – de esa forma nadie se enterara que estamos despiertos.

Giraron a verlo asombrados de que él, entre todas las personas ahí, fuera a proponer una solución para divertirse con el resto, y no se estuviera quejando al respecto.

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