Necesito más

151 31 18
                                    

Luces apagadas, silencio absoluto, cama deshecha y ocupada por dos personas que dormían separadas la una de la otra.

Fargan se acercaba, pero Willy no lo notaba, no sabía qué quería Fargan, no sabía que su pareja estaba confusa, asustada, necesitada. Necesitada de mimos, de amor, de besos, de caricias, de abrazos. Necesitada de él.

Ni el propio búho entendía lo que le pasaba: se sentía solo a pesar de estar durmiendo con Willy, escuchaba silencio aunque su albino le hablase, se sentía vacío por dentro.

Quería saberlo todo sobre Willy, quizás así dejase de sentirse...incómodo a su lado. A pesar de haber sido él quien se había enamorado de aquel camarero, el albino era el que más seguridad sentía estando a su lado.

Miles de pensamientos rondaban su cabeza: ¿estaba haciendo algo mal? ¿No pasaría el suficiente tiempo con su albino?¿Acabaría dejándole por no apreciarle? ¿Se quedaría solo para siempre por culpa de sus inseguridades? Quería hablar con él, decirle cómo se sentía, sincerarse. No podía ni dirigirse a él como "cariño", simplemente no podía, le resultaba forzado. Sólo le llamaba Willy.

Mientas le daba vueltas a las cosas, se había estado moviendo constantemente, lo cual había acabado por despertar al albino.

"Fargan... Estáte quieto" susurró Willy dulcemente mientras daba unas palmadas en la pierna de su búhito.

"Willy... No puedo, no puedo dormir, y no sé qué hacer para lograrlo" dijo Fargan juntando las manos y colocándolas a modo de almohada bajo su cabeza.

Willy abrió los ojos lo suficiente como para que se le volviesen a ver y se acercó a Fargan, acariciándole las acolchadas alas.

"Quizás yo pueda ayudarte" susurró, rodeando su cuerpo con los brazos y pegándole al suyo todo lo que pudo. "¿Necesitas hablar de algo?"

"No..." mintió el búho, dándole la espalda a su novio.

"Vale, es evidente que sí, no me mientas" dijo abrazándole más fuerte "y por mucho que me des la espalda no voy a soltarte. Dime, ¿qué te preocupa? No te soltaré hasta que me lo digas" presiona levemente su pecho contra la espalda de Fargan.

El castaño suspiró pesadamente.

"Me faltan muchas cosas, y tú puedes darme todas ellas" suspiró, más seguro de poder contarle sus problemas a Willy, ahora que le estaba abrazando.

El albino no esperó a que su novio dijese qué cosas necesitaba. Pasó por encima de él y se puso a su lado, para mirarle a la cara. Se pegó a él y le besó. Un beso dulce, aunque corto.

Fargan sonrió levemente, pero enseguida esa sonrisa se esfumó.

"No es suficiente, Willy. Dame más besos, quiero más, necesito más. Necesito tu amor y tus caricias, llevo enamorado de tí mucho tiempo, mucho. Ahora que te tengo, necesito todo de tí"

Al oír las palabras del búho, Willy no dudó en agarrar a Fargan por el cuello y empezar a besarle. Un beso tras otro, primero en el cuello, luego pasa a los labios. Fargan le corresponde con gusto, disfrutando de las caricias y los besos del albino y de que por fin le haga caso.

Cuando se queda sin aire, Fargan se aleja de Willy, pero éste le agarra de nuevo, apenas dejándole llenar sus pulmones antes de volver a besarle.

"¿Necesitas algo más, mi rey?" pregunta cariñosamente Willy, acariciando el sedoso y revuelto pelo de Fargan.

"Mmm... Sí" responde el búho, rodeándole con alas, brazos y piernas. "Necesito dormir abrazado a tí, sentirte todo el tiempo a mi lado. Me da seguridad, me da vida. Y Willy, debo confesarte una cosa que ni yo mismo entiendo. La verdad es que, cuando no estás conmigo, me siento vacío, pero también me pasa cuando estoy contigo"

Willy se queda reflexionando sobre lo que le ha dicho Fargan, buscando una explicación, y rápidamente encuentra una.

"Tal vez sea porque me llevas queriendo mucho tiempo pero no me conoces lo suficiente, y eso lo podemos arreglar fácilmente. Tendremos una cita, una cita en condiciones. Espero que para esa ocasión decidas peinarte" ríe mientras le acaricia el pelo como un adulto a un niño cuando hace algo bien.

"Sí... Puede que esa sea la solución. Aunque... También me siento más seguro cuando me das amor, cuando no estás conmigo me siento como... Débil. Puede que sea por aquello que me pasó en la adolescencia" suspira, sin dejar de abrazar a Willy de todas las formas posibles.

"¿Y qué te pasó?" pregunta alterado el albino, abriendo sus almendrados ojos como platos.

Fargan respira hondo y se arma de valor para contárselo.

"Yo...bueno, no es fácil de explicar... Nunca se lo he contado a nadie..." tartamudea dificultosamente, como si las palabras se le quedasen atascadas en la garganta o se hubiera quedado sin ellas. No sabía cómo explicárselo.

"A ver, yo era el único en el colegio que tenía alas. No es lo normal, pero en el colegio todos lo veían como una ventaja, y no como una rareza. Con ellas podía volar y llevarme a un compañero conmigo para que disfrutarse de un vuelo, cuando el balón de fútbol se nos quedaba atascado en el tejado o se nos salía fuera del recinto, iba volando a por él mientras mis compañeros vigilaban que no venía ningún profesor. A todos les fascinaban mis alas, y deseaban algún día poder tener unas como las mías. Pero todo eso cambió cuando empecé el instituto. Llegó un chico nuevo a mi clase, se las daba de chulito y se creía la leche de gracioso. Necesitaba meterse con alguien para sentirse importante, y quién mejor que yo para eso. Se metía con mis alas, me pegaba, me las dañana, me arrancaba plumas... Me hizo avergonzarme de ellas, y eso me produjo un montón de inseguridades que me pasaron factura muy pronto. Y lo peor de todo es que puso a toda la clase en mi contra. Ya nadie apreciaba mis alas, les daban asco, y me llamaban de todo por tenerlas, cuando antes tanto las habían apareciado. Empecé a ocultarlas como podía comprándome sudaderas anchas, pero aquel chico me las rompía con su cúter y empezaba a torturarme agarrándomelas y tirándo de ellas con todas sus fuerzas, mientras yo le suplicaba que me dejase en paz de una vez. Pasó mucho tiempo hasta que decidí que podía dejar de esconderlas y permitir que la gente las viese"

El albino escuchó horrorizado la historia, comprendiendo a su novio. Después del rechazo que había sufrido, es normal que se sintiese débil cuando no le hacían caso y que mejorase tanto cuando el albino lo mimaba.

"Buhito" suspiró Willy "ahora que sé todo eso, solo se me ocurre una forma de hacer que dejes de sentirte incómodo a mi lado, y también sé por qué te sientes así. Te hicieron sentir que no valías la pena, y que no podrías tener a nadie nunca porque nadie te querría. Pero yo no te quiero, te amo, y pienso curarte todo el daño que te han hecho, empezando aquí y ahora"

El albino se sentó en el pecho de Fargan, y comenzó a acariciarle las alas. Acercó sus labios a los del búho y empezó a besarlo sin descanso, con pasión, haciéndole sentir especial.

"Adoro tus alas" le susurró en los labios, y pasó de besarle los labios a besarle cada pluma de sus alas, sin dejar de acariciárselas. "Me vuelven loco"

Solo dejó de acariciarle las delicadas plumas para darle caricias en la espalda, mientras no dejaba de besarle. Haría todo lo necesario para que Fargan se sintiese mejor, querido, apreciado, cómodo. Le haría perder la incomodidad a besos.

Fargan se estremeció de placer cuando Willy empezó a morderle y besarle el cuello mientas no dejaba de tocarle las alas. Era como si se las curase, le curase cada cicatriz que lucía en ellas debido al maltrato que habían sufrido.

Al final, Fargan sólo necesitaba más, más cariño, más caricias, más Willy.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 22, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Te conozco? (One-shot) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora