El mágico mundo de Egberth

Capítulo 1.- La huída de Múnich

Soy Egberth Miller, soy alemán, y acabo de cumplir 15 en Marzo del año pasado; y como pueden imaginar, no puedo caminar.

Yo nací con una deformación en mis huesos que me impide apoyarme en pie, pero la deformación solo es en mis piernas; pero eso no es lo peor de todo, mi hermano mayor, y mi padre se han hido a  la guerra, por el llamado del imperio Nazi ya hace 4 años. Ya que segun ellos Berlín sera la nueva capitla mundial. Ahora vivo con mi madre y mis 2 hermanos Alberth de 17 y Amara de 11.

En estos momentos mi familia y yo estamos huyendo de Múnich, mi ciudad natal, ya que mi país ha desatado una guerra terrible con sus aliados al mundo entero. Es lamentable dejar la ciudad, pero es una emergencia; mi mamá ya ha sufrido la primera guerra mundial, y no quiere volverla vivirla como la vivió: perdidendo a su familia. En estos momentos  estoy acomodando mis cosas, de las que puedo sin levantarme, y me llevaré aparte a mi perro "Gobby", con suerte mi mamá me dejó traerlo conmigo; es lo único que nos queda de nuestra perra pastor alemana, pero si nos quedamos aqui probablemente moriremos.

Mis tios Roderick y Myrella tienen una pequeña propiedad cerca del río Oder, en Brandenburgo, asi que mi mamá ha pensado huir allí con nosostros unos meses, tan siquiera para ponernos a salvo de posibles bombardeos a la ciudad, asi que llegaremos con ellos, o mas bien con mi tía, ya que mi tio desapareció unos meses antes, y nadie sabe nada de el.

En la estación, llegamos un poco tarde , varias personas subían a los vagones en vez de bajar, parecía que la ciudad se quedaría vacía, al subirnos en el vagón casi al tope, alcanzamos lugar; "Gobby" estaba en una jaula que yo sostenía, mientras mi madre y mi hermano, junto con la ayuda de un oficial me ayudaban a sentarme, estaba cómodo pero no tanto con mi hermano Albert, que se la pasaba molestandome todo el tiempo.

Al ver a mi alrededor recordé que usualemente dibujaba al ser un niño...  recordé eso al ver a un pequeño dibujando en un trozo de papel de paqueteria y un lapiz en el asiento de enfrente,cosas que en ese momento me dierongans de hacer nuevamente porque observaba como el niño se expresaba atravez del papel, pero solo podia observarlos a el, y el ambiente de estrpes que me reodeaba;el bagón era extenso, con pasillo ancho y típicos ventanales a los lados, donde los asientos estaban 2 efrente de otros 2,Varias personas pasaban se empujaban unas a otras, en fin..... solo quedaba esperar.

Asi pues al marcar las 12 en punto el reloj de la estación, nuestro tren marchó a su destino.Pasaron los minutos y las horas, afuera, solo se apreciaba el increible paisaje aleman nevado; hacia muchisimo frio afuera; solo podía observar como el sol se ocultaba, y la luz disminuía; teneindo la jaula de Gobby entre mis piernas, parecía que me queria decir algo pero claro es un perro, ellos nunca hablan.

Esa noche fue tan extraña que creí haber estado soñando, no tengo nada que ocultar pero lo único que recuerdo es que era una noche estrellada, demasiado estrellada,mientras los demas pasajeros y mi propia familia dormían, yo observaba el cielo oscuro sin luna, pero habían tantas estrellas arriba que su luz iluminaba las montañas nevadas y la vegetación de esa región;  de repente, empezaron a caerse, lo juro, una lluvia de estrellas a millones parecían caer desde el propio cielo sin nubes de aqeullla noche; al mismo tiempo que voltié a ver a Gobby me daba chillidos de quereme decir algo con desesperación, al volver a voltear a la ventana solo una luz me destelló y quedé completamente dormido.Al día siguente me desperté en la estación, ya habíamos llegado. asi que pensé que había sido un sueño y lo dejé pasar por alto, simplemente que mi propio perro nunca dejó de mirarme en ese día, cosa rara para un perro.

Al final Ro, el sirviente y granjero de mis tios nos esperaba para llevarnos a la casa de la Tía Myrella, en un tranporte a caballo.