- Ray, ¿Que no entiendes cuando te digo que no puedo matar con una cara tan aburrida?
- Toma tu tiempo
- Por dios, Ray...
Agitó la cuchilla lejos de su cabeza irritado por la indiferencia que nunca se acaba
- Si vamos a vivir huyendo como jodidas ra...
Era un mar de blanco puro, que contrastaba con sus tenues mechones rubios y la profundidad azul de sus orbes oscuros como el mar. Sentía pasar años mirando el intangible color de lo absoluto, recordó que antes de eso pasaba dolor y había alguien preocupado por ella. Zack, si, debía ir con el, aún no debía dejarlo solo
Se levantó para salir, justo ahí escucho una voz
- Rachel Gardner, ¿Sigues rechazando tus deseos?
Reconocía esa voz, nunca podría olvidarla por desgracia
- Reverendo, ¿A qué se refiere? - inquirió un tanto confundida
- Oh, niña perdida. Me demostraste tu humanidad y aún así tus actitudes son las de una bruja, deja de ver el lazo que se nos da por mano del destino como tú pesadilla. Conserva mis palabras
El mundo en el que estaba se volvió oscuro
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Abrió los ojos con jaqueca y molestia, además de muy cansada y con las palabras de lo que parecía el reverendo aparentemente. Su vista estaba nublada por lo que aún no sabía cómo se encontraba
¿Pesadilla, cuál de todas? Un destino no era algo que necesitara, por lo que todo ello era un montón de delirios
En breve recupero todos sus sentidos, antes de siquiera pensar dónde estaba el, sintió el peso sobre su cuerpo
La situación era Zack profundamente dormido abrazándola de manera sobreprotectora, la sujetaba firmemente de los hombros con sus piernas enrolladas en las propias, agregando su cabeza recargada a unos centímetros de ella, resaltando sus tenues ronquidos y sus dientes asomados por el labio
Se había vuelto normal con el tiempo, no era nada del otro mundo así que solo cerro los ojos otra vez
Conmovida al pensar en lo asustado que debió estar en la madrugada quería dejarlo dormir más, pero fue muy tarde, se despertó
- Hmmm...¿Ray? - preguntó adormilado
- Aquí estoy
Bostezo abriendo tanto la boca que mordió un pedazo de sus vendas, abrió sus ojos disparejos con basura en los párpados
- ¿Hace cuánto despertaste?
- Unos diez minutos, creo
- ¡¿Y porqué carajo no me levantaste?! - alzó la voz al mismo tiempo que volvía a bostezar, una rara combinación - Me preocupe en mis sueños, no es bonito
- Una disculpa, no pude hacer nada
Aflojó su agarre para verla mejor a la cara, busco cualquier rasgo o arruga que pudiera encontrar, ella no presto ninguna atención a eso
