-Definitivamente fue un vampiro -afirmó Desmond.
Con los brazos cruzados, los tres alfas observaban desde arriba el cuerpo desmembrado del cervatillo que yacía en el suelo. Su carne estaba hecha girones y sus piernas se encontraban fracturadas.
-¿Estás seguro? -preguntó Harry- No parece algo que un vampiro haría.
-Es porque lo hizo a propósito -dijo Gemma. Su hermano la observó con una mirada inquisitiva y ella rodó los ojos ante su despiste-. Seguramente quería distraernos, hacernos pensar que algún lobo de otra manada lo había hecho, por eso dañó tanto el cuerpo en lugar de simplemente morderlo y drenar la sangre. Además, Louis no logró detectar el olor de ningún otro lobo.
-¿Y por qué querría hacer eso? Hacernos creer que es un lobo quien anda cazando animales. Cazar animales no es ilegal.
-Piensa un poco ¿quieres? Cabeza hueca. Un vampiro no tendría que estar en nuestro territorio. ¿Qué querrá por aquí? -se preguntó para sí misma.
Desmond puso una mano sobre el hombro de su hija, palmeándolo un par de veces.
-Tendré que ir con Hubert para que inspeccione las mordidas. El resto se los dejo a ustedes. Necesito que hagan guardias alrededor del terreno, pueden turnarse entre todos, no quiero que lo dejen descubierto. Si hay un vampiro rondando por ahí, descubriremos lo que quiere.
-Bien, te dejaré saber si encontramos algo -dijo Gemma.
-¿Harry? -lo llamó su padre al notar su mirada perdida- ¡Harry!
-¿Qué? -el alfa levantó la mirada rápidamente.
-Necesito saber que cuento contigo. ¿Qué es lo que te ocurre? Has estado en las nubes. Te lo digo en serio, concéntrate -dijo Desmond, señalándolo con su dedo acusatorio- Me voy ahora, y espero que cuando regresen tu mente esté en donde debe estar.
Harry asintió hacia su padre, viéndolo marchar hasta que no estuvo más en su rango de visión. Aun así, no apartó la mirada de dónde estuvo Des hasta que sintió una dolorosa palmada aterrizar en su brazo.
-¿Qué ocurre contigo? -inquirió su hermana acusadora.
Harry, suspirando, pasó las manos por su cabello.
-Niall.
-¿Qué hay con Niall? Creí que todo estaba bien entre ustedes.
-¡Y lo está! -Harry intentó defenderlo- Pero estas pesadillas... están drenando toda la energía de él, apenas duerme por las noches, y por las mañanas no quiere hacer nada más que lamentarse. Lo extraño, ¿sabes? Pero sé que no puedo forzarlo a superar lo de Anwar...
-Estás reprimiéndote -observó Gemma-, sabes que quieres hablar con él sobre todo esto, pero te da miedo lucir como un mal novio si lo haces.
-Tal vez -admitió Harry derrotado, desinflando los hombros.
Su hermana le dio una suave palmada en el hombro, encaminándolo de vuelta a casa, en donde la manada los esperaba con el desayuno.
-Todo va a estar bien, Haz. Solo habla con Niall y busquen una solución.
-¿Y qué solución sugieres? -preguntó, siguiéndola colina abajo. Gemma se encogió de hombros.
-¿Terapia? -respondió con inseguridad. A la distancia, pudo apreciar la puerta trasera de la cabaña.
-Va a reírse en mi cara.
-Ya se ríe en tu cara todo el tiempo, ¿qué más da el motivo?
Harry empujo a Gemma juguetonamente, sin darse cuenta de que tan lejos la mandaría su fuerza. Ella trastabilló, regresando a su hermano con intenciones de empujarlo más fuerte, mientras una carcajada se atoraba en su garganta.