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Todo comenzó en 5° de primaria. Era un día como cualquier otro pero lo que yo no sabía es que mi vida cambiaría para siempre.

- "No me ignoren.  No me ignoren" - decía yo a mis compañeros. Estaba harta. Todos los dias eran lo mismo. Supongo que ser la más impopular de la clase me afectaba mucho.

Llegó la hora de subir. Estaba nerviosa. Pensaba en lo malo del año que recién estrenaba. No pensaba que nada bueno podría pasar. El punto de vista de mis compañeros era diferente y parecía como si tuvieran planeado todo el año.

Todos los de la clase se juntaron el primer dia. Yo lo intentaba. Me acercaba, les hablaba pero no me respondía nadie. Aunque sabía que todos se habian olvidado un poco de mi, nunca imaginé que tanto. Yo solo tenia 10 años y aquel momento fue raro pero no le di importancia. "Al siguiente día me harán mas caso" - pensé .

Al día siguiente comprobé que nada había cambiado. Pasaba lo mismo una y otra vez, hasta que se lo dije a mi mejor amiga.

- "¡Tía! Pasais todos de mi"

- "No lo hacemos aposta." - me dijo - "Además, a mí tambien me pasa.  ¿Quieres venir conmigo?"

Yo asentí con la cabeza y nos fuimos al recreo. Nos lo pasamos bien. Nada especial. Tan solo eramos dos amigas hablando como de costumbre.



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