Mi amor del pasado.

CAPITULO 12

**Elizabeth**

Mierda, mierda veo a mi padre fruncir el ceño ante las palabras de Meliodas no puedo creer que haya dicho eso.
Mis mejillas arden, apuesto que están rojas de la vergüenza quiero que me trage la tierra.

-- Q-que dijiste.- dice mi padre enojado.
-- Oh vamos, no se lo dijiste elizabeth.- Meliodas toma mi mentón obligando verlo directo a sus orbes negros.
-- N-no lo escuches padre.- digo nerviosa- no...te atrevas Meliodas.

Su expresión cambia a una más seria.
De su cuerpo desprende una energía púrpura que me envuelve completamente.

Qué demonios está pasando no puedo moverme.

-- Un momento...yo te conozco.- dice mi padre inquietó- eras el guardia del palacio, t-tu protegías a elizabeth.
-- Lamento decir majestad que todo era una farsa... incluso lo nuestro elizabeth, solo te utilize.

El muestra una sonrisa que solía ver bella...

-- Tu no me importas.

Sus crudas palabras me lastiman, siento un nudo en la garganta, contengo las lágrimas pero es inútil algunas resbalan por mi mejilla.

-- Maldito!.- grita mi padre disparando varias veces.
-- Me estás cansado, baltra-
Habla entre dientes.

De su espalda brotan un par de alas filosas que anteriormente había visto hechas de materia oscura. En un ágil y veloz movimiento son incrustadas en el pecho de mi padre.

-- Papá no!- grito tan fuerte que mi garganta duele y arde.

Trató de mover cualquier parte de mi cuerpo, pero está oscura energía me lo impide.
-- No permitiré que me siguas estorbando- dice con frialdad.

Sin duda ya no hay rastro del meliodas del que me enamoré en Britania. Sus ojos tienen un color ajeno al de el.
-- N- no me rendiré... salvaré a todas las personas que amo!... sin importar que me cueste la vida.

Mi cuerpo desprende una luz segadora, que ilumina todo el lugar logrando liberarme de aquella energia.



Caigo de rodillas, busco con la mirada aquel demonio que me atormenta, tirado entre los cristales de espejos.

Corrí desesperada hacia mi padre.
-- papá mírame, estarás bien.

Preciono su herida manchando mi mano de sangre, al tocarlo mis palmas irradia una brillante y cálida luz que me deja sin aliento.

-- E-elizabeth- susurro abriendo lentamente sus ojos.
-- P-papa- digo sollozando mientras lo abrazo delicadamente- Tu herida a sanado...c-como?
-- H-ha..z...d.despertado.
-- Que?...no entiendo.
-- Vaya, pensé que jamás usarías tu don...ella no se equivocó.

Escucho su voz a mis espaldas alarmando todos mis sentidos.

-- No te acerques!.- me pongo de pie frente a él.
-- Tu ojo - dice sorprendido.
-- Apártate!.- apuntó con mi mano. El se queda parado en seco con una media sonrisa.

-- Antes no decias eso, ahora me dirás que nunca te gustó tenerme cerca de tí? - dice con malicia- Vamos Eli, recuerda esos momentos que tuvimos juntos en...
-- Cállate!- digo liberando una esfera de luz que el logra esquivar.

-- Claro ahora prefieres tener momentos así con el principito.

Pude percibir un toque de celos en su voz...Que es lo que quiere el me dijo que no me amó.

-- Lo que yo haga con él no es de tu incumbencia- veo como baja la mirada triste, pero en solo un momento su frialdad lo consume.
-- Solo una cosa- dice con odio- dile a tu amiguito que no importa cuánto se esconda yo lo encontraré y robaré la espada mágica.
-- E-espada-susurro.