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Lo primero que sintió cuando sus labios volvieron a encontrarse fue una gran calidez recorrerle todo el cuerpo. Fue fuertemente abrumador, haciéndole temblar pues no creía haber sentido alguna vez algo similar o que fuera remotamente cercano a aquello. Era demasiado bueno.... demasiado bueno como para ser cierto. Pronto notó que el alfa no estaba moviéndose, sólo se había quedado petrificado en su lugar sin mover un músculo. Rápidamente se apartó de este, sintiéndose un idiota por lo que había hecho. Sus ojos se llenaron de lágrimas estando demasiado sensible en ese punto.

— Lo siento, yo solo... yo solo....

Un pequeño sollozo salió de sus labios. No podía estar pasando aquello. Realmente había arruinado todo en un abrir y cerrar de ojos. No debió de haber hecho caso a lo que Yuta le dijo, fue un idiota en hacerlo. Sólo se había dejado en vergüenza frente al mayor.

El toque cálido de una mano en su mejilla le sobresaltó pero no tanto como otra sujetándole por la cintura. Ambas le jalaron hacia el cuerpo del alfa nuevamente, quien no tardó en volver a besarle. No era algo como el anterior, tampoco dulce o tierno. Era rudo, duro y necesitado. Todo un conjunto de sentimientos que terminaban por confirmarle a Jaemin que Jeno lo había estado necesitando tanto como él.

Las manos del omega se aferraron a la espalda del otro, arrugando la tela entre sus dedos necesitando poder afirmarse de algo o caería en cualquier momento. Podía percibir en medio de su beso el sabor salado de las lagrimas y, sin necesidad de abrir sus ojos, supo que no era el único llorando en ese momento.

Con sólo un beso era como si todo se arreglara, como si esos tres años separados nunca hubieran pasado. Se sentía bien, demasiado correcto. Su corazón latía emocionado y sabía que ya no habían mas dudas. Aún tenía miedo, muchísimo miedo pero era una de las muchas cosas que afrontaría con fortaleza desde ese preciso momento.

Las emociones que compartían pronto empezaron a calmarse, dejando paso a un contacto mucho mas suave y lento. Querían disfrutar al máximo ese nuevo encuentro que estaban teniendo. Sentía como es que el pulgar de Jeno acariciaba suavemente su mejilla, borrando las lagrimas que por allí estaban cayendo.

El tiempo para ellos pareció detenerse en ese momento, solo existían ambos en el mundo. El resto de las personas desapareció y eran ellos compartiendo el lugar. No había música, ruido o la fría brisa que buscaba hacerles temblar. Nada podría hacer que pensaran en algo mas que no fuera el otro.

En el momento en que se separaron con las respiraciones ligeramente agitadas, se miraron durante unos largos segundos que fueron eternos. Jeno cortó el contacto visual, escondiendo su rostro en el cuello del omega llenándose de su dulce aroma tanto como podía. Aún lo abrazaba y parecía reacio a querer dejarlo ir. Jaemin no iba a poner objeciones ante aquello.

Una pequeña risa seca salió de los labios de alfa y el menor pudo notar como es que los brazos rodeándolo se tensaban más a su alrededor. Subió una de sus manos hasta el cabello de este, acariciándole de forma muy suave el mismo. Realmente estaba necesitando el contacto con el otro, era como si estuviera hambriento del mismo.

— Por favor dime que no estoy soñando, no podría resistir despertarme de nuevo viendo que fue sólo otro sueño.

La voz quebrada del alfa le hizo querer volver a llorar. Murmuró suavemente en su oído diciéndole que no lo era, que ambos estaban despiertos y esa era la vida real. Jaemin supo, por la forma en la que el alfa lloraba en silencio en su hombro, que Jeno había tenido sus sentimientos claros antes que él. Pero siendo como era, no se atrevió a hacer ningún movimiento. Jeno había querido que fuera el omega quien buscara acercarse nuevamente a él, no quería sentir que estaba repitiendo sus acciones de años anteriores. No quería volver a presionarlo.

Opuestos En Común. NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora