CAPÍTULO I

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Sounya Giorgreg

Me coloque el vestido blanco y me dirigí al espejo para verme reflejada en él, el vestido es completamente ceñido al cuerpo mis caderas anchas y mi pequeña cintura estaban bien marcadas, una espalda descubierta que deja ver el tatuaje de alas de ángel que cubría las cicatrices que me quedaron de aquellos viejos tiempos y un escote en ve que lucía precioso, dejé mi cabello negro suelto con sus ondas naturales, mi piel color canela clara resaltaba gracias al color blanco del vestido.

Mi teléfono celular sonó para dejarme ver en la pantalla el nombre de Kavi mi primo.

- ¿Qué quieres idiota?- le contesto mientras me coloco los tacones plateados brillantes.

- ¿Dónde se supone que estás ya voy saliendo y ya los demás están allá y no te han visto carajo, quieres que te pase buscando?

- Si sabes la respuesta para que preguntas - digo rodando los ojos.

- Ajá y ¿cómo vas llegar? - dice con la voz que coloca cuando está irritado.

- Ya pedí un Uber deja el estrés por dios. - digo con gracia.

- Bueno está bien, te veo allá.

- Bye - digo para colgar el teléfono.

Y justo en ese momento me llega un mensaje de que el taxi ya me espera.

Un poco de rímel, brillo en los labios y lista. Baje las escaleras para conseguirme a mi familia viendo televisión en la sala.

- Ya me voy - dije dirigiéndome a ellos.

- ¿Para donde se supone que vas? - preguntó mi padre sin despegar su vista del televisor.

- Me sorprende que te interese en realidad - le dije levantando una ceja y achicando los ojos.

- Dime - fue su simple respuesta ignorando por completo lo que dije.

- Voy a verme con los muchachos en una de las discotecas nuevas que han abierto en la ciudad.

- Este bien, trata de no llegar tan tarde.

- Más bien no me esperen, no sé cuándo vuelva - dije para acercarme a la puerta y tomar un pequeño bolso de mano blanco con una cadena plateada y meter mi celular, tarjeta, identificacion y listo me voy.

Salgo de la casa y veo a los niños jugando en la calle y sonrió, vivo en uno de los tantos barrios bajos de la ciudad en una casa bonita de dos pisos con una familia humilde unos padres casados y una hermana de unos tres años menos que yo o bueno eso es lo que intentan que parezca la idea es no levantar ningún tipo de sospecha entre las personas normales.

Me crié en estas calles corriendo y jugando con los varones cosa que a mi padre nunca le agrado también me la pasaba en campamentos y una vez fui a algo que llamábamos el internado y pase muchos años fuera de casa, pero cuando volví todos me trataban como si nunca me hubiera ido.

Vi a todos los muchachos sentado hablando entre ellos en la acera con una botella de ron y música saliendo de la maleta de un auto.

- Hola chicos - dije acercándome a ellos para saludar.

- hola niña loca - dijo David.

- ¿Qué onda niña a dónde vas? - me pregunto Alex viéndome de arriba a abajo y colocando una media sonrisa.

Alex y yo hemos tenido historia desde que somos niños, siempre me ha encantado y bueno en realidad nunca he sabido lo que él siente por mí en realidad, sólo sé que nos acostamos casa que se nos da la oportunidad total es mi vecino y todo se me hace más sencillo.

No puedo dejarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora