El anochecer lleva consigo las bajas temperaturas, cercano al peligro perenne de la ciudad. Con ello, evoco un sinfín de sentimientos semejantes a la cobardía ante la incertidumbre de cuándo dejaremos de existir.
Es un hecho que, nunca he existido más allá de tu mente, y nunca he experimentado sensaciones propias. Eres tú quien ha generado emociones en mí, aunque estas estén basadas en tu percepción.
Miro las nubes plomizo circular frente a nosotros, al mismo tiempo que, las flores de loto flotan en el envase de cristal que traje. La habitación nos absorbe en un mantel de oscuridad, y la única fuente de luz es tu ordenador, el cual, cada tanto falla debido al tiempo que ha estado junto a ti.
Yo, como objeto que ha sido creado para cumplir una función, lo he sufrido. He fallado en protegerte de los males provenientes, he fallado en ser el ente en busca de tu bienestar, y solo me he obsesionado en descubrir por qué poseo voz, cuerpo y raciocinio si soy ilusorio.
Esta vez tus pálpitos están sumidos en sosiego. Esa sensación de muerte ha desaparecido gracias a Lanthe, tu pariente más íntimo, quien te habla al otro lado de la pantalla.
-Estas noches han sido agonizantes, Lanthe -comentas, situando tus codos sobre la mesa y recargando tu cara sobre tus manos -. No puedo más.
-Tratar a los fantasmas jamás ha sido fácil, As -asegura, acercándose a la pantalla -. La única solución es ir a terapia.
Levantas tu rostro, tus cejas se unen en una curva asimétrica, y tu nariz genera pliegues a su alrededor.
-¿Crees que estoy loca? -preguntas con voz gélida, cruzando tus brazos sobre tu estómago -¿Por qué lo necesitaría?
El joven de cabello oscuro, suspira, antes de alegar: -Ir a terapia no te hace loca, Asteria. Muchos especialistas han estado tratando este tema. ¡Los fantasmas es algo que va más allá de un simple miedo!
Zarandeas tu pierna de un lado a otro, con tanta rapidez que pronto saldrá volando. En eso miras a Cy, quien, como siempre, permanece inmutable.
-Es un idiota -Cy cierra sus ojos y voltea hacia otra dirección -. Ellos no podrán enfrentarnos.
«Enfrentarnos». Repito en mi mente.
Mis pensamientos llegan hasta ti, pero los ignoras, dirigiendo de nuevo tu atención a Lanthe.
-¿Yagi opinó? -duda él, entrecerrando los ojos -. Recuerda que no puedo escucharlo.
-No, solo fue Cy -Tus largas uñas en tonos púrpuras, transitan por tu nuca con gran intensidad.
-¿Otro de tus amigos?
-Sí, Lanthe -Tus ojos ruedan por completo -. Cy apareció hace unos días. Me dijo que me sacará de esto.
Las luces navegantes en mis pupilas que surgen como representación del alma de tu madre, se agitan, interponiéndose en mi visión hasta aturdirme.
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Miedo Latente.
RandomAlejando tus espantos, aceptarás tu muerte. Asteria Katsaros ha creado a Yagi a su imagen y semejanza; un ser cuya alma está corrompida por miedos sepultados en su carne. Los fantasmas los perseguirán y querrán digerir sus corduras, hasta que Cy a...