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Los cálidos rayos de sol proporcionaban la suficiente luz en aquella gran sala de reuniones.
Era un buen día, al menos eso parecía.
Y de pronto se escucharon las gotas de agua golpear contra el cristal de aquella sala
Así sacando al boliviano de sus pensamientos y recobrando la postura, se levantó de aquella incómoda posición y seguidamente con un muy notorio gesto de molestia fue hacia la salida de aquella habitación, dispuesto a salir de aquel lugar y empezar sus cosas para volver a su país, osea, a el mismo.
Pero de pronto una mano tomo la suya, era Paraguay, quizás trataría de convencerlo pero más que ello lo saco de aquel lugar y lo llevo a su debida habitación.
Y ya al llegar a aquel lugar todo era silencio incómodo
Todo estaba bien hasta el recurrente recuerdo de aquel pequeño y suave beso entre el Paraguayo y el
_¿Estas bien?
Pregunto Paraguay al notar un tenue tono carmesí en las mejillas
_Claro
Dijo el tricolor sin sentido alguno
De repente sintió nuevamente una leve presión en los labios, en efecto, era nuevamente un beso por parte del paraguayo, a lo cual sin ninguna intención llegó a corresponder y así quedar por algunos breves segundos de ese modo
