Aclaraciones:
1. Este es mi primer fic Wangxian.
2. Fanfic de regalo de cumpleaños (atrasado) dedicado con mucho cariño a mi hermana AlanaPharagon.
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Lan Wangji, el segundo jade de Gusu, hermano menor de Lan Xichen, durante toda su vida había sido una persona ejemplar, un modelo a seguir y orgullo de su tío Lan Qiren. Los cultivadores de todas las sectas y edades lo respetaban y admiraban, sobretodo porque se convirtió en el cultivador jefe más joven y porque, según habladurías y algunos rumores, fue él quien acabó con el maligno patriarca Yiling, quien antaño había sido su mejor y único amigo. Desde luego, esos rumores eran falsos. Lo que él en verdad intentó hacer fue salvarlo, pero no lo logró y al final terminó triste, herido y con la profunda sensación de que había perdido a su otra mitad, a su complemento.Con el paso de los años aquella sensación no hizo más que aumentar y, aunque nunca mostró ni evidenció nada que no fuera su característica expresión de seriedad e indiferencia, en el fondo sufría y se arrepentía por haber sido demasiado correcto y no haber apoyado a Wei Ying, razón por la cual nunca dejó de buscarlo, pero aún así no logró encontrarlo.
Ese día en particular no se sentía del todo bien. La sensación de vacío era, por alguna razón, aún más intensa que otras veces, motivo por el cual tuvo que cancelar la sesión de entrenamiento con los discípulos.
Pasó la mayor parte de la mañana en el Jinshi, leyendo y meditando hasta que de pronto decidió que iría a alimentar a sus preciados conejos.
Con esa idea en mente, se levantó, tomó a Bichen y se dirigió a la cocina a buscar las zanahorias más frescas. Las colocó en una pequeña cesta y se encaminó hacia el hogar de las pequeñas criaturas, quienes al sentirlo y reconocerlo, se agruparon y se acercaron a los pies de Lan Zhan.
Se agachó, dejó la cesta a un lado, sacó las anaranjadas verduras y se las dió a los conejos, quienes no tardaron en empezar a comer. Él los observó con atención puesto que de alguna forma aquellos animalitos lograban calmarlo un poco y hacer más llevadera su soledad.
Esperó a que terminaran de comer para acercarse y tomar entre sus brazos a su conejo favorito, aquel que tenía una peculiar mancha de pelo negro en la cabeza. Tomó asiento sobre el pasto y lo acarició por unos segundos.
Al cabo de unos minutos, quince aproximadamente, sintió algo extraño. Unas profundas ganas de hablar lo atacaron, pero no de decir cualquier cosa, sino para declarar aquello que por años había guardado en su corazón, lo cual no era otra cosa más que sus verdaderos sentimientos por Wei Ying.
—Sabes, conejito, Wei Ying siempre ha sido el único en mi corazón—confesó finalmente, sintiéndose liberado, como si se hubiese quitado un gran peso de encima. Aún así, se le hizo raro que la tristeza no lo invadiera al recordar que su amado ahora estaba muerto y al parecer no iba a regresar nunca.
Poco después un sueño profundo lo atacó, tanto que cayó como un tronco y se quedó dormido de inmediato, manteniendo entre sus brazos al pequeño animalito.
No supo cuanto tiempo pasó, pero cuando despertó y abrió los ojos, se encontró con una visión casi celestial. Wei Ying estaba entre sus brazos, completamente desnudo y lo miraba con anhelo, como si hubiera estado esperando por un largo tiempo.
Abrió la boca para decir algo, pero fue silenciado por los labios de Wei Wuxian, quien lo besó con intensidad, dejándolo aturdido, sin poder evitar pensar que se trataba de un sueño, uno por demás cruel, considerando que Wei Ying estaba muerto.
Cuando se separaron del beso, como si hubiera leído sus pensamientos, Wei Ying habló:
—No es un sueño. Estoy aquí contigo y no pienso volver a dejarte. Te amo, Lan Zhan—terminó con una sonrisa.
—Wei Ying, ¿Cómo es que estás aquí?—interrogó. Si aquello no era un sueño, entonces no se explicaba como Wei Ying había regresado y aparecido justo entre sus brazos.
—Después de morir, de alguna u otra forma, terminé reencarnando y convirtiéndome en uno de tus conejos. Qué casualidad que justo era tu conejo favorito.
No sabía como comunicarme contigo, así que permanecí como animal. No sé que hizo que me transormara en humano, pero ahora que sé que me amas y que tengo una nueva oportunidad, planeo quedarme contigo toda la vida.Lan Wangji seguía un poco aturdido aunque no lo demostrara. Aún así, eso no evitó que se acercara al rostro de Wei Ying y juntara sus labios en un acto mezcla de alegría, emoción y arrebato.
Wei Ying respondió el gesto con emoción. Rodeó con sus brazos el cuello de Lan Zhan y lo jaló más hacia su propio cuerpo, intensificando el beso en el proceso. Sus lenguas ahora danzaban a un mismo compás y sus alientos se mezclaban.
Movido por una pasión incontrolable, Lan Wangji cambió las posiciones y los giró, de modo que él terminó encima del desnudo cuerpo de Wei Wuxian. Separó sus labios, levantó la vista y observó alrededor. Por fortuna, los conejos se habían ido a otro lado y los habían dejado a ellos dos solos, como si entendieran lo que estaba por ocurrir.
Sin demora, Lan Zhan atacó el cuello de Wei Ying mientras este usaba sus manos para abrir el molesto cinturón y luego retirar la estorbosa ropa blanca. Al final, cuando logró dejarlo completamente desnudo, se deleitó con la sensación del roce directo de sus pieles.
El segundo jade se deleitó con el cuerpo de Wei Ying. Lo recorrió con sus manos y su boca, dejando mordiscos, pellizcos y varias marcas de propiedad, arrancando gemidos de placer y jadeos entrecortados acompañados de su nombre de la garganta de Wei Wuxian.
Luego de recorrerlo y degustarlo, permitió que Wei Ying quedara arriba suyo y lo tocara cuánto quisiera. Con esa libertad concedida, Wei Ying aprovechó para hacer lo mismo que le hizo Wanji a él, con la diferencia de que él se atrevió a usar su boca para albergar el duro miembro de Lan Zhan y otorgarle un placer único, que nunca antes había sentido.
Usando como técnica el conocimiento adquirido en su juventud por haber leído miles de libros eróticos, succionó, lamió y chupó con entusiasmo, logrando que en poco tiempo Wangji se viniera en su boca.
Después de haber alcanzado el orgasmo, Lan Zhan se tomó unos momentos para recuperar aliento.
Sintiéndose listo, volvió a la carga, hizo que Wei Ying se recostara, le separó las piernas, introdujo uno a uno tres dedos en su estrecha entrada, lo preparó lo mejor que pudo, retiró sus dedos cuando lo consideró listo y empujó de una, ingresando todo su miembro de golpe.
Wei Ying gimió entre dolor y placer. Se estremeció y no pudo evitar que las lágrimas se acumularan en sus ojos. Se abrazó a los hombros de Lan Wangji con fuerza, lo jaló y juntó sus bocas en busca de distraerse del punzante dolor y lograr relajar su cuerpo.
Pasados algunos minutos, el segundo jade inició con las embestidas, tocando cada vez el punto sensible en lo más profundo del cuerpo de Wuxian, haciéndole gemir cómo loco una vez que el dolor quedó atrás por completo.
Entre fuertes movimientos llegaron juntos a la cúspide del placer. Wei Wuxian se vino entre sus vientres, ensuciando en el proceso el abdomen de Lan Zhan, mientras que este terminó en lo profundo del cuerpo del primero.
Se separaron cansados y con la respiración agitada. Se acomodaron, quedando Wei Ying siendo rodeado por los brazos de Wangji, quien se encargó de cubrirlos a ambos con sus prendas.
Disfrutando del silencio y de la sensación del cuerpo contrario pegado al suyo, Lan Zhan agradeció a quien sea que le haya devuelto a su amado y prometió cuidarlo, tal como lo había estado haciendo cuando Wuxian era un conejo.
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El Conejo de Wangji
FanficPor más que buscó, Lan Zhan no pudo encontrar a Wei Ying. Años después, se llevará la sorpresa de que este reencarnó cómo nada menos que un conejo.