Si alguna vez sentiste que un simple objeto disparó una catarata de recuerdos que no sabías que tenías, si alguna vez tuviste taquicardia al pensar en alguien del pasado o si seguís preguntándote "¿qué hubiera pasado si no nos hubiéramos alejado?"
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Año 2008 Ni bien sonó el timbre que anunciaba el primer recreo, salí del salón con la misma desesperación que los que tenían la pelota y corrían a reservar el arco para patear penales.
Pero mis intenciones eran otras: unos días atrás, mientras paseaba por una feria de libros, encontré un libro que me llamo mucho la atención, desde ese entonces, había estado atrapado leyendo en cada segundo que podía, la historia de un chico casi de mi misma edad que descubría de un día para el otro que era mago.
–¡jungkook! Nene, vení ¿me haces un favor? Marie, mi profe de cuarto, me detuvo unos segundos antes de que pudiera desaparecer del salón y me hizo señas para que me acercara a su escritorio. No me quedo otra alternativa que volver a entrar.
Marie era una señora grande, cansada de los alumnos y con poco tacto para comunicarse. Nunca nadie le llevaba la contra porque todos, adultos y niños, le teníamos terror. Por suerte, como yo tenía el mejor promedio del aula, me encontraba entre sus alumnos favoritos y recibía mejor trato que los demás. –Nene, acompáñame a la secretaría –dijo cerrando la puerta del salón muy despacio. –Profe, ¿como te puedo ayudar? – pregunté intentando sacarme el favor de encima lo antes posible para ir a leer los capítulos que me faltaban.
–Escúchame, hay un chico nuevo que se suma hoy a nuestra clase y quiero que le hagas un breve recorrido por el colegio. Viene de el campo, esta escuela debe ser mas grande que su pueblo, así que oriéntalo, no quiero que se pierda cada vez que va al baño,¿si? –Si profe, ¿ahora? –Si, ahora. Esta acá – Entró a la secretaria y señalo a un chico delgado y pelo oscuro, que estaba esperando pacientemente en un rincón. Tenía la remera del uniforme impecable y con todos los botones abrochados, parecía que estaba ahorcándose.
–Taehyung, el es Jungkook – le dijo Marie con un tono exageradamente lento, como si su interlocutor fuera un extranjero que no conoce el idioma. – Te va a mostrar la escuela. Presta atención para no perderte, ¿si, querido? Taehyung asintió y se levanto de su asiento.
Mire a mi nuevo compañero y ambos nos encogimos de hombros. Taehyung me siguió y comencé a mostrarle la sala de maestros, el salón de computación, el kiosco, los baños, la librería, las direcciones, los gimnasios... Era una escuela tan grande que no podia culparlo si se perdía. Yo mismo estuve recorriendo desde primer año y, cuatro años después, seguía encontrándome lugares que nunca había visto.
–¿Qué te pareció? – me dijo repentinamente cuando salimos del gimnasio, mientras me señalaba el libro que tenía en la mano. –¿Eh? ¿ Lo conoces? Pensé que nadie lo conocía. –¿Qué si no lo conozco? Me leí los tres en un mes –¿Hay mas? – Y ahora va a salir la cuarta parte... –¿En serio? – se me iluminó la cara. –¡Si! Ese es el primero, a mi me encantó, me lo leí en un día. –Yo lo hubiese leído en un día, si no fuera por toda la tarea que nos dan. –Cuando lo termines te puedo prestar los otros.
Le sonreí y pensé que después de todo no había sido tan malo perderme el recreo, porque había ganado alguien con quien hablar sobre lo que leía. Normalmente no tenía con quien conversar sobre esos temas.
Ese día ambos presentimos que podíamos llegar a ser grander amigos. Lo que no sospechamos fue que, en ese precisó instante, comenzaba un vínculo que quedaría suspendido en el tiempo y se transformaría en una historia pendiente.
