Si supieras...

Día 1

Soy Tanny, tengo una tienda de libros con mi mejor amigo Christopher, era un día pesado en la librería, ya que era época escolar, estábamos tan cansados, que lo único que deseábamos era cerrar, para así poder irnos a casa.

- Cerraré la tienda ¡Al fiiiiiiiin! —exclamó con emoción Christopher—

+ Date prisa, tengo muchísima hambre, —le dije...—

- ¡Oh, esperen, por favor! —gritaron desde el otro lado de la puerta—

Era la chica más bonita que había visto, al menos en ese día tan agotador (jaja)

- ¿Sí? ¿Qué deseas? —Pregunté—

+ ¿Ya cerraron? Necesito unos libros —dijo ella—

- SÍ, ¿no ves el letrero que pone CERRADO? —dijo Christopher—

+Diooooooooos, Christopher, ¡¡Cierra la boca!! ¿No puedes ser más grosero? —dije—

- Vamos Tanny, tengo hambre y mucho sueño, no puedes ser más babosa. Me iré, bye —dijo él—

+ Pues vete, yo la atenderé, bye te veo mañana —dije—

- ¡¡Muchas gracias!! No sé qué habría hecho sin ti, eres muy amable —dijo ella—

Luego de que le despachara los libros que necesitaba...

- ¿Puedo invitarte a comer? Tengo hambre y por lo que escuché, tú también... ¿No?

(Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh) Grité en lo más profundo de mi ser.

+ Ehm, de verdad no es necesario, pero ya que insistes, ¿Dónde iremos?

- A mi casa, prepararé algo para ti, es lo menos que puedo hacer —dijo—

Y así fue, nos dirigimos hacia su casa. Quedaba a unas cuadras de la librería, así decidimos ir caminando... Justo en el pórtico de su casa...

+ A todo esto, no me he presentado, qué mal educada he sido. ¡Soy Raquel!

- Jajajaja, mucho gusto Raquel, soy Tanny

Me invitó a pasar, toma asiento, ponte cómoda, —dijo Raquel—

Era un departamento muy amplio y pues, no me contuve... ¿Vives aquí sola? —le pregunté—

+Sí, ¿Tú vives con tu novio no? — preguntó—

- ¡Qué! ¿Christopher? No, por supuesto que no, además es gay y yo soy lesbiana jajaja

+ Vaya, no me esperaba eso...

- ¿Y si mejor pedimos una pizza? Debes estar cansada, y qué pena ponerte a cocinar para mí

+ Esperaba que dijeras eso :( jajaj

Eran las 20h30 cuando la pizza llegó, nos quedamos conversando plácidamente sobre nuestras vidas, que cuando lo notamos, eran las 00h45. Sinceramente yo no quería irme, me sentía tan a gusto escucharla hablar, que sentí que la conocía de toda la vida.

- ¡Mira la hora que es! Déjame llevarte a tu casa por favor, y no aceptaré un no por respuesta —dijo Raquel—

Camino a mi casa en su auto, pensaba en que no volvería a verla y esa idea me molestaba un poco, la verdad.

+ Aquí es Raquel, gracias por la pizza, por la plática y por traerme —le dije—

- Gracias a ti, de verdad me salvaste la noche ¡Hermosa!

+ ¿Me dijo her... ¡ME DIJO HERMOSAAAAAAAAA! (no lo grité, lo pensé)

Nos acercabamos para despedirnos con un beso en la mejilla ¡¡Y sin querer, terminamos rozando nuestros labios!!!