Parte 2

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Lo despedí con mi mamo, y me quede parada hasta verlo subir al tranvía, no aguante las ganas de llorar, así que en el pasillo me secaba las lágrimas. <<¡Hata pronto Sarah!>>. Esas palabras me quitaban el pensamiento; aunque pensándolo bien esas palabras eran sabias ya que no significaba una despedida, no seria algo permanente. Recuerdo una vez en que me dijo mi padre que un *adiós* es para siempre y un *hasta pronto* o *nos vemos luego* o algo por el estilo solo era temporal.

Cuando menos pensé ya estaba enfrente de la puerta de mi salón;<<un nuevo día, un nuevo comienzo>> me dije a mi misma y entre. Todavía no llegaba la maestra, así que apure en estar en mi lugar; a un lado mio se sentaba mi mejor amiga Támara Gonzalez. Támara era de una parte de su familia ingleses y por la otra mexicana, aunque fuera del otro lado del mundo, no lo presumída, ella era noble, sincera, amable y otras cualidades que describen que no es una presumida, creída, reina de todo, ya saben como Mariana Ramirez (odio a esa niña con todo el alma).
Támara y yo eramos completamente diferentes y eso nos hacia mejores amigas; era grandioso porque ella era blanca, cabello chino, ojos color miel, y lo que mas la caracterizaba sus inolvidables pecas, en cambio yo, que podria decir era morena clara, con mi cabello lacio, ojos marrones, y algunas pecas pero demasiado minis para que se vieran a simple vista..
Pero eso no importaba claro, en lo que nos parecíamos eran nuestros gustos (bueno algunos) y la forma en la que nos entendíamos mutuamente, por así decirlo. Eramos mejores amigas desde quinto grado de primaria, pasamos inolvidables aventuras, sin mencionar las que faltan.
—¿Hiciste la tare?— me dijo derrepente
—¿Habia tarea?— le dije con cara sorprendida
—¿Cómo que no sabias que había tarea?—parecia desesperada
—Ya pues ya, tranquila si la hice —le dije para tranquilizarla
—Uff que bueno, porque el idiota de Mauricio quería que le pagara, para que me la pasara —me dijo con medio enojo volteando con Maurio viéndolo con odio, entonces me miro y la mire y soltamos a carcajadas sin ninguna razón.
—Ya bueno, pásame la tarea— me decía tratando de tranquilizarse
—Toma—
—Gracias—la tomo casi arrebatándomela.
Nos sentamos en nuestro mesa banco y mire a Támara hacer la tarea demasiado rápido y desesperada, tenia suerte esta mujer de que la maestra no habia llegado.
Entonces hubo un silencio....
—Emm, por cierto, mm, a mi padre también lo llamaron—
—¿Ehh?—no entendí a que se referia—¿de dónde?, ¿de qué hablas?
—El ejercito—me dijo mientras terminaba la tarea
—Lo siento— realmente lo sentía
—si, fue una mañana dura—
—Te entiendo—le dije consolandola—para mi igual—

No me imaginaba lo triste y preocupada que ha de estar su familia, ya que ella es hermana mayor de dos hijos, pronto tres; dejar a una mujer embarazada, ha de ser difícil; bueno digo no tan difícil para dejar a una niña sola, sin ningún adulto o algún familiar(hablando de mi).

Han pasado como 15 minutos desde que entramos a clases y no ha llegado la maestra, ella siempre ha sido puntual, no se porque me preocupa, tal ves porque ya es una señora mayor de edad entre 60 y la muerte(como dice Gilberto de mi salón) y le puede ocurrir muchas cosas, bueno mejor dejo de pensar que algo pasa mal y pienso que solo es un retardo, cualquiera puede tener un retardo, asi que mejor espero.

Por el pasillo escucho el eco de unos zapatos <<llego la maestra>>, entonces Rodrigo grita: —¡AHI VIENE LA MAESTRA!— y el salón queda en silencio y todos en su lugar; al sonar la perilla de la puerta y ver a la maestra entrar, como costumbre, nos levantamos adecuadamente y les damos los buenos días todos como si fuéramos un coro, —buenos días niños—dice la maestra.
Al mirar bien a la maestra me doy cuenta que hoy viene muy triste y en eso se me vienen varias preguntas,<<¿a caso en realidad se le paso a la maestra llegar tarde o tuvo algún incidente?¿sera que algunos de sus hijos lo enviaron a la guerra?¿o algún otro familiar cercano?... o tal ves en realidad se le hizo tarde>>, no podía sacarme eso de la cabeza, de como las personas hacen un gran sacrificio como ese arriesgando la vida.

— ¡SARAH! ¡SARAH!— escucho gritar a la maestra, eso me saca de mis pensamientos— ¡SARAH!—
Todos me estaban viendo y la maestra me miraba con cara de que quería una respuesta, pero ¿qué respuesta?, no tenia la menor idea de lo que estaba explicando la maestra; veo hacia la pizarra <"Las guerras">,<<Oh no, esto no podía estar peor>> pienso, aparte de estar triste y deprimida por mi padre, quieren que hable sobre eso, no se que decir.
La maestra me hace un gesto para que hable <<No tengo opción>>.
— ¿Mm..me puede repetir la pregunta, por favor?— por fin hable y no sabia lo que me esperaba.
— ¿Qué piensas sobre las guerras?— me lo repitió.

Abrí la boca pero no me salia ni una palabra, no podía hacerlo sin llorar, no podía ni pensar en el tema.
— Pienso emm— inicie— que las guerras son algo que no tiene sentido, algo que no solucionan nada, para que sacrificar soldados o personas inocentes, si de todas maneras los dos bandos salen perdiendo; para que nos enseñan en la escuela que utilizamos el dialogo, si no lo hacemos. Si yo pudiera cambiar algo en la sociedad seria que se acabaran las guerras— guau en realidad no se de donde salio todo eso, de seguro del coraje que tengo; mire a mi al rededor y todos estaban con la boca abierta, me empezó a latir bien rápido el corazón así que tome aciento e hice como si nada hubiera pasado.

Al sonar el timbre me dí cuenta que la escuela había terminado y tendría que ir a mi casa; este día no habían dejado tarea y que bueno porque no estaba de humor  para hacer nada; cuando iba saliendo del salón, me di cuenta que la maestra se sentía mal, ya que lo miraba en su rostro de preocupación y tristeza; pensaba en ir a preguntarle que le pasaba, si había algo mal o si podía ayudarla, pero no quería entrometerme, así que me di media vuelta y fui hacia la salida a buscar a Támara.

¡HASTA PRONTO SARAH!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora