Prólogo: El simple calor de un inicio

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Creo, que debe ser verdaderamente feliz, morir por amor.

Y no solo digo morir por la persona que amas.

Hay muchas maneras de morir por amor.

Morir estando casado y felizmente, morir salvando a la persona que amas. Y muchas maneras más de morir por amor.

Y allí es donde me hago esta pregunta, ¿Las personas que mueren por amor son verdaderamente felices?

¿Las personas que mueren por su pareja o con su pareja, son felices?

Todas esas preguntas me las hago, porque en realidad aquellas personas no conocen el morir de la peor manera con esa persona, piensan que la historia ha llegado a su fin, y se concluyen en sus mentes un final sin alguna otra oportunidad.

Pero, sin embargo.

A pesar de eso,

Me siento feliz de poder presenciar, lo que está por ocurrir.

­­La historia comenzará de nuevo, pero anteriormente, todo comenzó de esta forma.

—Desde hace tiempo te veo pasar y... —se ruborizan un poco sus mejillas al decir eso.

Cabello negro resplandeciente al más mínimo rayo de luz, ojos negros que lograban ver a través de ti y que son capaces de seducirte si te le quedas viendo fijamente por un par de segundos, una estatura promedio, un poco más bajita que yo, normalmente si tecleas en el internet podrás encontrar muchas estaturas por lo menos en mi país el promedio es de 1,60 para una mujer, pero ese no es el punto. Vamos, una chica bajita es muy seductora y más cuando su piel es cristalina casi como una pieza construida del diamante más transparente.

—Este... —sigue y se esfuerza por poder seguir hablando.

Normalmente y como todos los días regresaba de la escuela y casi siempre pasaba por aquel puente para poder seguir mi camino a casa, pero, ocurrió una sorpresa, esta chica me llamó, ella es mi vecina, aunque casi nunca la veo, solamente cuando salgo de mi casa temprano para ir a la escuela, que en ocasiones la veo subir a un auto, seguramente para ir también a estudiar.

Su nombre era Elsa Bouffart.

—Creo que me he enamorado —oye, escuché perfectamente lo que dijo.

—Espera... —me quedé sin palabra alguna.

Por mi forma de decir eso, tenía una expresión de confusión en toda mi cara.

Si empiezo a pensar bien, ¿esta chica me llamó precisamente para decirme eso?

No, debe haber algo más, hay algo que quiero pensar, pero, es imposible para mi pensarlo.

Hasta qué...

—Me he enamorado de ti, Leo —lo dijo con una sonrisa en su cara.

¿Qué debo decir?, ¿¡Que emoción!?

No lo sé, solamente sé que esta chica me había enamorado al instante, y puedo decir que mi vida en ese momento dió un giro inesperado.

Y desde ese entonces, comenzó nuestro noviazgo.

Salíamos los fines de semana, y para comprobar su amor por mí, se transfirió de institución para poder estar a mi lado, y todos los estudiantes de allí, quedaban impresionados al ver que era novio de una chica hermosa.

Notaba una breve exageración adentro y fuera de la escuela, cuando me celaba de otras chicas que no tenían nada que ver conmigo.

Aun así, pensaba que era una bendición estar con ella, tengo que agregar que había muchos otros detrás de ella.

Y así mis padres salieron de viaje, y al pasar de los meses.

Ya habían pasados cuatro meses desde comencé a salir con Elsa, y dos desde que mis padres se fueron.

Me encontré en la oscuridad total.

Mi corazón latía rápidamente y gritaba que quería salir de ese infierno.

Me di cuenta que me encontraba encerrado y confinado en mi propia casa, no podía, simplemente no podía salir de allí,

—Iré a buscar un vaso de agua, ya regreso, darling. —al cerrar la puerta me quedé por fin solo.

Todo se encontraba en completa oscuridad, y la sensación era sumamente más real a la que sentías al ver una película de terror y se sentía horrible.

Manos, piernas atadas y ojos vendados, mientras tanto en mi mente ya había un plan para salir esta situación y todo constaba de esperar a que ella se fuera del cuarto, y para ello había memorizado el sonido de la puerta al cerrar.

Rápidamente quité el nudo de mis manos y lo que me ayudó aún más era que ella y yo nos bañamos todas las mañanas y hoy el error de ella fue hacer un muy mal nudo en mis manos, que casi parecía que el mundo hubiese estado a favor.

Con un poco de felicidad que inundaba mi mente, terminé de desatarme y finalmente pude abrir la puerta de mi cuarto, y desde allí encontré un pasillo largo para llegar a la escalera.

Pero.

—¿Dónde estarán esas pastillas para dormir?

Bastó con mirar al cuarto de mis padres donde parecía que ella había dejado guardado unas de sus cosas, además de esas pastillas.

Desde allí confirmé que esta chica era una loca, una psicópata, y pensar que era una simple obsesión, pero, no.

Esta chica intentó matar a una de mis amigas un día antes de que me encerrara.

Pisando lentamente e intentando ser lo más sigilosamente pude bajar las escaleras y encontrarme con la puerta de salida, rápida y desesperadamente abrí la puerta y salí.

Los rayos del sol quemaron mis parpados, pero con felicidad corrí unas cuatro cuadras para irme lo más lejos posible.

—Darling... ¿Por qué te escapaste? ¿Acaso ya no me amas? —lo dijo con una voz temblorosa y con su rostro sombrío.

Tomándome de la muñeca y con una fuerza casi imposible para un humano normal, tiró de mi brazo y así.

Con un salto hacia la carretera, ella en ese entonces y por una fracción de segundos logró ver el auto que venía a toda velocidad, en ese instante rápidamente volteó y me miró fijamente con una sonrisa verdaderamente hermosa...

Si moría me liberaría de ella, ¿verdad?

¿Por qué mi vida terminó de la peor y extraña manera posible para mí?

Una vida que era mía.

Mi vida.

—Te amo. —lo dijo justo antes de poder morir junto a mí.

Y entonces, morí.

Y entonces, morí

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⏰ Última actualización: May 01, 2022 ⏰

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Vivir de nuevo con una PsicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora