Un pequeño juego (2)

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Apenas y con esfuerzo iba abriendo mis párpados. Me invadió un dolor de cabeza muy molesto.

Mi cuerpo estaba incómodo. No podía moverme y me empece a alterar. Me  encontraba totalmente desnudo y también me encontraba atado. Mis brazos estaban pegado a mi espalda y mis piernas estaban encogidas, también amarradas y presionadas.

Mire a mi al rededor y gracias a Dios no eran como aquellas habitaciones de "tortura". Era totalmente normal e incluso diría que acogedora. Una cama grande, sabanas rojas y paredes blancas con una ventana casi tan grande como la pared.

Ni siquiera sabía porque eso me podía aliviar un poco, sea donde sea el lugar, sabía que mi destino era ser torturado.

Escuche pasos avecinarse. Mis ojos estaban húmedos y preparados mirando directamente a el hombre que entraría por la puerta en unos segundos.

—Por fin despierto.–dijo apenas me vio.—Ya es hora.

Se acercó a mi y yo lo miraba con ojos de piedad. Agarro mi barbilla con su mano y me habló.

—De algo sirve que no puedas hablar.–paso sus dedos por mis labios.—Así no tengo que soportar quejas insoportables.

Debo estar loco si pienso que a medida que más lo miro, más atractivo se me hace. Eso me hizo recordar a la frase que leí el otro día.

"Recuerda que el Diablo tiene cara de Ángel"

Por un momento se me había olvidado que estaba en la situación más siniestra posible y que se iba a venir lo peor.

Su mano paso de mi rostro a mi cuello. Cada vez iba sintiendo más presión en esa zona. Hasta que llegó al punto en donde si podía seguir respirando pero con dificultad.

Se acercó a mi rostro y escuche que murmuro "Eres lindo".

¿Es que escuche bien?

—Sin lentes te ves mejor.–comentó.

Mi respiración era fuerte y rápida. Su mano aún seguia sobre mi cuello. Se fue acercando a mi rostro y puso sus labios sobre los míos.

Ni siquiera lograba sentir algo de asombro por aquél beso por el miedo que aún tenía dentro de mi.

Sentí más presión en sus labios contra lo míos, con tal fuerza que impedía que yo pudiera respirar bien. Su cuerpo se abalanzó un poco más sobre el mío.

Sus labios se sentían suaves y muy cálidos. Mi cuerpo estaba lo más tensó posible. Y el parecía ir completamente en serio con esto.

Abrí mis labios solo para intentar obtener un poco más de aire pero él invadió aún más mi privacidad. Tarde un instante en darme cuenta de que le estaba devolviendo el beso con las mismas ansias.

Pero llegó a un punto en que de verdad necesitaba respirar. Movi un poco mi cuerpo e interrumpi el beso girando mi cabeza hacia otro lado.

El saco su apretón de mi cuello a los segundos. Nos miramos mutuamente mientras yo parecía un maldito hiperventilado tratando de recuperar el aire que me hacia falta.

Me sonrió y lucia con un rostro que denotaba arrogancia.—Eres fácil.

Sentí calor en mis mejillas, la vergüenza se apoderó de mi.

—Debo admitir que me sorprende que perdieras el miedo tan rápido.–al soltar esas palabras, se acercó más a mi para decir algo más.—¿Lo que puede hacer la excitación, no crees?

Su voz no dejaba de ser algo intimidante pero hacia que sonará algo...atractiva. ¿Por qué pienso estas cosas en una situación de vida o muerte?

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2020 ⏰

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El placer del silencio // Revenant x CryptoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora