Wooyoung no sabía de San hace días.
Después de que el mayor se fuera, Yeosang lo llamó impaciente porque no había llegado a la reunión que habían planeado y lo regañó de todas las maneras posibles. Aún así le explicó que había sido porque el corredor irrumpió en su oficina e hizo que su cabeza estuviera al punto de estallar.
―San suele decir todo tipo de locuras, deberías acostumbrarte―le respondió Yeosang sin ningún rastro de rencor sobre la noche en que salieron de la Ciudadela―Aunque nunca antes lo había visto tan decidido, normalmente se queda en su taller trabajando así que el que haya ido a verte es como un milagro. Un milagro que tu no aprovechaste.
Cuando esas palabras salieron de la boca de Kang se sintió culpable de haberlo echado así pero quiso recomponerse pensando que hizo bien en plantarse y decidir sobre su vida, ¿verdad?
Ya era de nuevo viernes y Wooyoung tenia una junta que terminaba algo tarde y hablarían sobre finanzas, un tema que odiaba con cada célula de su cuerpo.
―Es tu trabajo, tienes que aguantarlo―se repitió como todos los días y entró a la sala dónde una gran cantidad de personas ya estaban esperando.
Todo empezó bien, veía los gráficos y aportaba ideas pero al pasar los minutos su cabeza se desconectaba. Miraba la hora en su reloj y chequeaba su móvil en cada oportunidad que tenía, estaba buscando una salida.
Lamentablemente nada sucedió para sacarlo de allí antes así que debió quedarse las cuatro horas que duraba la reunión, salió del edificio de la empresa con un dolor de cabeza y con sus ojos que se cerrarían en cualquier momento.
Acomodó su saco y colgó su mochila preparado para irse a su casa, caminó unos metros hasta que un sonido de llantas lo hizo parar y girarse. Un Chevrolet Camaro color blanco con vidrios polarizados se estacionó en frente suyo y bajó la ventanilla.
―¡Hey, Woo!―le gritó una voz gruesa llamando su atención, retrocedió unos pasos y se acercó al auto.
En el asiento del conductor lo esperaba un G sonriente, vestía de una camisa blanca dejando a la vista sus brazos llenos de tatuajes y a su lado en el asiento del acompañante estaba Min, con una chaqueta de cuero que Wooyoung podía asegurar que era de su novio pues le quedaba grande.
―Hola chicos―saludó soprendido de verlos allí―¿Qué los trae por aquí?
―Pasábamos a buscarte―le habló el más bajo con una sonrisa―Sang nos avisó a que hora salías así que nos ofrecimos a llevarte porque estábamos cerca.
El rubio se hizo una nota mental de enojarse con Yeosang y pegarle cuando lo viera porque no podía ir divulgando sus horarios como si hablara del clima. Al parecer Yeosang no podía mantenerse alejado de la vida de los corredores y Wooyoung no iba a quejarse pues eso le daba más chances de seguir encontrándose con San.
―Yo...―no sabía como formularlo y solo balbuceó varias veces sacándole una risa al más bajo de los tres.
―Si, ha preguntado por ti―habló Min con una sonrisa―Se siente culpable por lo que sea que te haya dicho, lo cual es algo raro de ver porque el majestuoso Choi San nunca se arrepiente de nada.
G destrabó los seguros del auto y Wooyoung sin pensarlo se metió. Arrancó y el cuerpo del menor se balanceó por unos segundos.
―Tengo que admitir que es algo impactante ver a nuestro líder asi de sobrepasado.
―¿Sobrepasado? ¿Acaso está trabajando mucho?―preguntó el rubio viendo por la ventana, no sabía dónde iban pero asumió que sería la Ciudadela.
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GASOLINE AND FIRE¹ ― WOOSAN
FanfictionWooyoung odiaba su vida dónde tenía que hacerse cargo del negocio familiar, quería sentirse libre. Quería sentir la adrenalina correr por sus venas. Por eso cuando su mejor amigo Yeosang lo llevó a un ambiente totalmente diferente, sin asistentes ni...