Kao

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Acostumbrarse al hecho de ser la única persona enamorada era un patético intento por conservar aquella amistad que lo unía con el mayor y Kao lo sabía de sobra pero de cierta manera dolía ver sus sueños y esperanzas reducidas a nada cuando el mayor le presentaba a una nueva novia, esta vez no había sido diferente de las otras veces donde el mayor se portaría  tan cariñoso y apegado a él haciendo que en su mente el atisbo de esperanza se acrecentara tanto para finalmente revelar que tenía a alguien a la siguiente semana. 

Era algo difícil de explicar que incluso su cuerpo resintiera el dolor, no era como si Pete supiera lo que causaba, para él Kao solo significaba una buena amistad en la que podía confiar ciegamente y Kao lo sabía de sobra, Pete tenía la palabra "heterosexual" escrita sobre todo su cuerpo, por lo que no se atrevería jamás a romper aquella confianza, solo hasta que el mismo Pete se presentó como una persona con dudas sobre su sexualidad fue que el menor se atrevió a hacer un movimiento.

"¿ Alguna vez has besado a un chico?"

Pete fue el primero en preguntar tomándolo por sorpresa, no hace mucho rompió con Sandee, pero ella no se venía enojada ni molesta, solo un poco confundida y de vez en cuando le regalaba una mirada de comprensión. A Kao le agradaba,  demasiado, tanto que creyó que si Pete estaba con ella, sería tan feliz como si hubiese conseguido su relación soñada.

"Sí"

No era mentira antes de conocer a Pete tuvo un crush con el capitán del equipo de natación, el mismo que una tarde nublada, después de un entrenamiento le robó su primer beso, Kao se sintió en el cielo unos minutos cuando los labios ajenos rozaron los suyos, su corazón palpitaba ferozmente y sus manos sudaban, pero sintió quebrarse en cachitos su corazón cuando la risa escandalosa de los demás miembros del equipo se hizo presente.

"Ven, les dije que es pan comido" Wai, el capitán, rio con suficiencia, restándole importancia al hecho de que lo beso, Kao se quedo en una pieza.

"No fue una bonita experiencia"

Recordó cabizbajo, era una de las cosas que no sabía el mayor hasta ese momento y cuando termino de relatarlo, Pete sintió su sangre hervir, quería ir a golpearlo tan fuerte que tendría que recoger sus dientes en Japón si era posible.

" Kao, creo que me gusta un chico"

"Qué"

" Bueno Sandee lo cree, yo no lo sé"

"¿ Sandee?"

"Sí, le hablé de él y me dijo que me gusta más de lo que ella alguna vez me iba a gustar"

Su corazón estaba empezando a desgarrarse por la confesión, tanto contenerse por respeto a su amistad y resulta que siempre tuvo una oportunidad

" ¿Quién es el chico?"

Kao tomó valor para preguntar, quien quiera que fuera aquella persona era tan afortunada, como amigo Pete era genial, pero como amante era increíble, al menos eso era lo que sabía de las chicas que salían con él, el único defecto que tenía es que sus relaciones nunca duraban, no se volvían ni siquiera insostenibles pero se acababan tan fugazmente lo que jamás entendía, si ellas no tenían quejas sobre su amigo ¿por qué terminaban tan rápido con él?

"Kao, yo lo siento"  "No es la primera chica que llega a la conclusión de que él me gusta, muchas terminan conmigo por eso, algunas tratan de hacerme cambiar de parecer y cuando me doy cuenta que puedo herirlas en el intento, terminó esa relación"  "Quizá Sandee tiene razón y me gustas más de lo que cualquier chica puede llegarme a gustar"

El menor aún procesaba la primera oración cuando la confesión de su mejor amigo lo tomó por sorpresa, era él quien le gustaba, entonces ¿por qué? Pete sabía sobre su orientación, sabía que podía aceptar cualquier cosa de él. Pero ¿por qué nunca le dio ni siquiera una señal sobre sus sentimientos?

" Creí que estaba confundido porque eres especial en mi corazón, solo que no sabía que tan especial eras hasta que Sandee me hizo notarlo, Kao si te pido cuidar de tu corazón ¿me dejarás?"

Pete ni siquiera debía esperar un no, al menos eso creía, él era tan fácil de leer en ese momento.

" Pete, si digo que sí y si las cosas no funcionan, seguiremos siendo amigos"

" Es difícil responder eso, porque incluso si no funcionan, yo ya no quiero ser solo tu amigo"

Pete tomó las mejillas del menor entre sus manos, encantándose con los bonitos ojos que brillaban con curiosidad

" Sí"

La respuesta de Kao provocó un vuelco en su corazón, Sandee tenía razón, amaba cada pequeño detalle de la persona que sostenía como si fuera su mundo. Pete rozó apenas los labios ajenos y se separó, Kao en cambio tenía otros planes y lo atrajo a un beso más largo y lleno de sentimiento.

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Un año había pasado ya de aquella confesión de sentimientos, muchas cosas pasaron en ese transcurso de tiempo, la más importante fue el mudarse junto a su novio al departamento frente a la escuela donde empezaría a repartir clases el menor, Pete mentiría si dijera que no estaba orgulloso del hombre de su vida de quien se enamoraba todos los días.

Kao era un caso aparte, toda su vida dio un vuelco de 180 grados después de aquella confesión, aunque la familia de Pete lo acogió con tanto cariño y comprensión, de parte de su bando era una historia completamente distinta, algunas trabas se hacían presentes incluso en su mundo laboral por su orientación sexual de no ser por el padre de su novio probablemente se hubiese quedado sin  trabajo al ser descubiertos por un padre de familia en medio de su abrazo habitual de bienvenida. Afortunadamente consiguió un nuevo lugar para enseñar.

" ¿En qué piensas?"

Pete quien se abrazo a su cintura, preguntó al verlo tan concentrado.

"Solo estoy preocupado, no sé como reciban los padres de familia a un maestro que tuvo problemas en su anterior escuela"

" Te recibirán bien, no te preocupes"

" No puedo dejar de pensar en lo que decían los padres sobre yo siendo un.. pervertido con los niños"

"Pero tú no eres ningún pervertido, ellos te adoran porque eres un maestro genial, lástima que no pueda prometerte que no te encontrarás con un homofóbico que piensa que seguimos en el siglo pasado, pero puedo prometerte estar contigo para enfrentar lo bueno y lo malo"

Pete tomó sus manos y las besó con adoración, inclinándose para besar la comisura de sus labios.

" Lo harás genial"

" ¿Qué haría sin ti?"

" Preocuparte menos  por tu cocina, quizá"

Por fortuna para él, todo marchó a pedir de boca, los padres no hicieron mucho escándalo al enterarse que sería él quien impartiría clases, claro que algunos aún chismeaban sobre su problema anterior, pero eran tan pocos que lo alivio poder expresarse abiertamente, incluso algunos preguntaban por su relación.

Kao guardó la última carpeta con los trabajos de los niños en su maletín, sonriendo cuando sintió los fuertes brazos alrededor de su cintura, sin duda el lugar favorito de su novio.

" Lo extrañe maeto"

Pete imitó la voz del niño que  conoció en la anterior escuela de su novio.

" Alguien puede entrar Pete, no quiero repetir el mismo drama de antes"

"Aquí es diferente, todos saben que soy el novio del maeto"

Pete besó la mejilla del menor, antes de soltarlo.

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Las lágrimas empañaban su visión, todo fue una mentira, aquel año en el que fue tan feliz, los besos, las caricias, Kao corrió tan rápido como pudo, incluso cuando escuchó la voz del mayor llamarlo una y otra vez, llegó hasta su auto encendiéndolo y manejando como alma que lleva el diablo, condujo sin un rumbo fijo hasta que perdió el control del  vehículo, sintió cada golpe en el parabrisas, el volante y las puertas mientras seguía dando vueltas, después todo se oscureció.


Nostalgia (Segunda Oportunidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora