Querida Manzanita. (WangXian)

15

Al día siguiente el joven Wei seguía igual. Su humor, su comportamiento... Todo en el, era diferente.

Su familia fue la primera en notarlo.

Después sus compañeros.

Y también lo notó Lan Wangji...

Se sintió extraña al ver que el joven no estuviera haciendo ningún tipo de travesura...

Tampoco lo molesto. Ni repitió su nombre como de costumbre...

Wei Ying simplemente intento no molestar a Lan Wangji. Pero a decir verdad el no tenía ganas de hacer algo.

Se sentía deprimido...

¿Por qué Lan Wangji no le consideraba su amigo?

¿El aún lo odiaba?

¿Había hecho algo mal?

— Wei Ying.— Esa voz saco de sus pensamientos a Wei Wuxian. Sus pasos cesaron. Estaba a punto de regresar a casa antes de que Lan Wangji le hablara.— ¿Estás bien?

Wei Ying se sorprendió por un momento antes de obligarse a sonreír.— Estoy bien, pero gracias por preocuparte Lan Wangji.

El mencionado abrío un poco más los ojos. ¿Lan Wangji? ¿Por qué le decía Lan Wangji?

Algo estaba claro para Lan Wangji. Wei Wuxian no estaba bien.

— ¿Por qué me dices Lan Wangji?

Wei Wuxian dudó en responder. Pero al final solo dijo.— No soy tu amigo... No debería llamarte como si fuera muy cercano.

— Somos amigos.— Confirmó Lan Wangji.

Wei Wuxian fruncío el ceño.— Tu dijiste que no somos amigo.

— ¿De que hablas...

En ese momento Lan Wangji recordó cuando le dijo a una chica que no era amigo de Wei Wuxian. Y es que está le pidió que le entregará una carta a Wei Ying, y aunque esté se negaba ella insistía...solo le quedó decir que no era su amigo.

Pero no sabía que Wei Ying había escuchado.

— Lan Wangji, no te preocupes... Ya no volveré a molestarte.

Cuando Wei Wuxian iba a seguir caminando fue detenido por un fuerte apretón.

— Yo... Te considero como mi amigo Wei Ying... No eres una molestia... Y... Yo lo siento. Lamento mucho decir que no eras mi amigo...

Wei Wuxian por un momento quedó en un estado de Shock. Pero solo después de unos segundos sonrió.— Lan Zhan... ¿Entonces si somos amigos?

— Mn.

Sin pensarlo se aventó a los brazos de Lan Wangji.— ¡Lan Zhan y yo somos amigoooooooss!!!

Aunque a Lan Wangji no le gustará el ruido, ese grito fue gloria para sus oídos.