Pequeñas Huellas [Zero Two x Hiro] (AU)

Prólogo

Narra Hiro
Ya pasó un tiempo, y la humanidad nuevamente es libre. Y aún no puedo creer en la suerte que tuvimos para poder llegar hasta aquí...Podría decirse que fue un milagro, o cualquier otra cosa, pero nosotros luchamos por este futuro, y las cosas que nos ha brindado fueron bastante buenas, tanto así que no pasó mucho tiempo para que comenzará a vivir junto a Zero Two, yo aún no comprendo tantas cosas de la vida, pero aprender junto a ella es tan satisfactorio...

— Oye Zero Two...Tengo una pregun-..— Antes de poder decir algo, Hiro fue callado por un beso que la pelirosa le plantó en los labios, aquel roce fue suficiente como para sonrojar a Hiro, el cual siguió con el beso sin mostrar ningún tipo de resistencia.

— Mhm..~ Ups, lo siento—. Zero Two, quien gozaba de besar los suaves labios del pelinegro, se apartó lentamente para oír que quería preguntarle este, a su vez que dirigió su mirada al cielo.

—  U-uh...No te preocupes—. Replicó Hiro, a pesar de recibir varios besos de Zero, aún le seguían causando cierta timidez y vergüenza, aunque disfrutaba esto.— Y-yo, quería preguntarte si...—. Hizo una pequeña pausa, lo cual hizo que su contraria sintiera intriga.

— No tengas vergüenza, darling~—. Dijo la pelirosa, con un tono seductor y cariñoso, aunque era una forma de extorsión para saber que le diría Hiro. No quería quedarse con la intriga.

— Entonces...— Tímidamente, Hiro se puso de rodillas frente a Zero y del bolsillo de su abrigo retiro una pequeña caja de terciopelo carmesí y lentamente abrió esta dejando ver un anillo.— Zero Two...He esperado con ansias el momento para pedirte esto, porque te amo mucho y lo sabes...No quiero esperar más tiempo para estar junto a ti para siempre, así que...¿Quisieras casarte conmigo?

— ...—. Instantáneamente las mejillas de la pelirosa se pusieron de un color rojo, casi parecido al de los tomates, no pensó que recibiría una propuesta así— H-hiro...¡Acepto!—. Respondió bastante feliz, su corazón no podía parar de latir y una sensación de mariposas se hizo presente en su estómago, sin pensarlo, se abalanzó encima de Hiro para besarlo en los labios y duraron así un par de minutos, hasta tener una pequeña pausa para que Hiro le pusiese el anillo a Zero.

Se veían muy felices, Hiro tenía una sonrisa llena de felicidad en el rostro, sus mejillas estaban rojas igual que las de Zero y sus ojos estaban iluminados, no podían esperar para darle la noticia a todos y que celebren su boda, ambos se quedaron tranquilamente bajo un árbol de cerezo, viendo el cielo y como las aves con un plumaje blanco pasaban por el cielo...Aquel ambiente les generaba cierta paz, hasta que escucharon las voces de dos personas peleando, por lo que se sentaron en el pasto y vieron a aquellas personas.

— ¡Zorome, no es hora de jugar, enano infantil!—. Exclamaba Miku, con cierto enfado mientras seguía a Zorome.

— ¡Vamos, tampoco nos vamos a tardar tanto! ¡No seas aburrida, Miku!—. Protestaba Zorome, con una expresión de niñito enojado porque no le dan lo que quiere.

— ¡Deberías verte! ¡Pareces un bebé!—. Dijo Miku burlándose y a la vez enfadada con Zorome.

A lo lejos se escuchaba su pequeña discusión, a lo que Zero y Hiro sólo rieron y decidieron acercarse a Miku y Zorome, estando algo curiosos de que hacían esos dos allí.

— Hola chicos, ¿por qué discuten?—. Preguntó Hiro, aguantando un poco las ganas de reír por aquella escena.

— ¡Hiro! ¡Zero!—. Dijo Zorome con una sonrisa luego de verlos a ambos.

— Hola a los dos...¡Ah sí! ¡ZOROME YA DIJE QUE NO ES HORA DEL DESCANSO!—. Diría con una expresión de enfado en el rostro.

— ¡OYE MIKU, NO SEAS PESADA YO QUERÍA VER A LAS AVES VOLAR! POR ESO ENVEJECES TAN RÁPIDO—. Replicó con enojo, Zorome. Con una excusa tan barata como esa para poder librarse un rato del trabajo. (?)

— ¡COMO TE ATREVES!—. Miku ya gruñía de la ira.

— Hey, calma chicos—. Dijo Zero Two interrumpiendo la discusión de ambos y riendo a la vez, les acarició la cabeza como si fueran dos niños pequeños.

— Zero tiene razón—. Decía Hiro mientras los observaba, riendo un poco por la situación. Ese par nunca dejaba de discutir.

— Lo siento, es que ZOROME ME SACA DE QUICIO—. Dijo Miku como esas madres que tienen hijos berrinchudos. (?)

— ¡Está bien, está bien! No volveré a salir del trabajo así como así, sólo quería tomar aire fresco—. Replicó Zorome, haciendo un pequeño puchero y cruzándose de brazos, con tal de que Miku se calmase.

— Oigan chicos, ¿ustedes saben dónde están los demás? Es que...Tenemos una noticia que darle a todos—. Dijo con nervios y emocionado a la vez, a lo mejor, Zorome y Miku no lograrían darse cuenta tan fácil, pero Hiro estaba seguro de que podrían reunir a los demás.

— ¡Claro! Les mandaré un mensaje a todos para que se reúnan aquí—. Exclamó Zorome, con una sonrisa triunfadora. Pues había logrado zafarse de Miku con la excusa de que debía reunir a todos(?), mientras que a su vez, sacaba su celular del bolsillo de su pantalón para poder enviarle un mensaje a todos del lugar en el que estaban, aunque no daba muchos detalles para dejarlos con la intriga.

— Estoy segura de que esta noticia los sorprenderá...— Mencionaba Zero, con una sonrisa feliz en el rostro y viendo a Hiro, mientras ambos se tomaban de las manos.

Continuará...