𝐷𝑒𝑙𝑖𝑟𝑖𝑜𝑢𝑠.

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Aquel día parecía ir a la perfección. Se había sacado un 98 en su último examen del parcial, el cual le tenía más preocupado que nunca al ser de los más importantes. Sin embargo se había sentido un poco extraño en lo que iba del día; quería pensar que era por haberse desvelado con un nuevo juego que había comprado el día anterior.

Justo en ese momento, tenía una hora libre -de estudio- a causa de la ausencia de su profesor y en vista de que Tsukishima si tenía su clase, decidió gastar la hora yendo a comprar un bocadillo a la cafetería. Aún no era la hora del almuerzo por lo que debía poder comprar tranquilamente.

Se paralizó de pronto.

Tadashi no podía creerlo. "Oh no", pensó. Su cuerpo comenzó a temblar, el calor formándose en su entrepierna.

Aún estaba en las escaleras, cerca de las aulas de los clubs, por lo que rápidamente se dirigió a ellas, esperando que alguna estuviese disponible para hacerla su escondite. La confiable sala de artes parecía abierta y segura, por lo que se escabulló dentro de ella.

No esperó mucho antes de irse a la esquina del aula, su respiración agitándose. Se hizo el ovillo más pequeño posible. Tal parecía que su periodo de celo había llegado en el momento menos esperado.

Tadashi sentió que tuvo suerte de no alertar a los demás de ello y esconderse antes de que alguien lo viese en ese estado. Sin embargo su escondite no era para nada extraordinario, y sólo era cuestión de tiempo antes de que alguien lo encontrara.

Estaba un lío. Sus inhibidores se habían quedado en casa. No se suponía que el celo llegara en esas fechas. Además, no creía tener fuerzas suficientes como para poder llegar a la enfermería por sí solo.

Tampoco podía volver con su clase, pues era la que más alfas tenía; sería un riesgo muy grande. Incluso si lo intentara estaba un piso lejos de ahí. No sabía qué hacer, estaba totalmente perdido. Sus esperanzas del momento estaban basadas en que ningún alfa apareciese por ahí; en poder resguardarse mejor de lo que estaba.

De pronto, una idea llegó a él iluminando su rostro por un momento. Podía llamar a Tsukki y pedirle que le llevase a la enfermería. Incluso podía preguntarle si él tenía un par de inhibidores que pudiese regalarle, de menos para sobrevivir a lo que restaba de la jornada.

Él era tan buena persona que lo haría sin dudar, aun cuando estuviese en medio de una clase. Después de todo, Tsukki es su mejor amigo, y omega como él.

Confiado en su nuevo plan, buscó en sus bolsillos su celular, palpándolos bastante más tranquilo. Hasta que no sintió nada. Rápidamente sus nervios aumentaron, buscando ahora frenéticamente sólo para caer en cuenta de que el celular no estaba ahí. Casi sintió el aire abandonar su cuerpo.

Se lo había dejado en la maleta. En su salón de clases. Un piso arriba de donde estaba.

Su única manera de salir de tal problema había sido derrumbada olímpicamente por su torpeza. Quiso darse un tiro, ¿cómo rayos iba a solucionar su problema ahora? Tadashi había comenzado a preocuparse aún más, pues su cuerpo se sentía más pesado y caliente que antes, le estaba costando respirar y moverse.

Incluso sus pensamientos eran borrosos. Quería el calor de un alfa.

Tanto se había ensimismado pensando en otras alternativas para poder salir de aquella situación, que tarde fue cuando notó un cuerpo parado frente a él.

El cabello azabache era irreconocible. Aquel muchacho permaneció frente a él, tenso. Tadashi alzó la vista para encontrarse con ojos que le miraban con mucha fijeza y furia, mejillas bañadas en un rojo intenso y los labios apretados.

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𝐏𝐞𝐫𝐟𝐮𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐥𝐮𝐬𝐢𝐨𝐧 ✼ 𝕂𝕒𝕘𝕖𝕐𝕒𝕞𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora