Ojos color esmeralda

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Max.

Dejé a Maya pintando y volví a recorrer el campamento.

Luego de verla en la mañana, no podía sacarme de la mente su imagen, quizás la idealizaba, pero no dejaba de pensar en el tipo de azul de sus ojos.

Astrid: Oye. Me Llamó mientras miraba una nube más concentrado de lo que debería. -. Es como la cuarta vez que te llamo. 

Max: Lo siento, estaba un poco distraído. 

Astrid: Nadie notó lo de las motos, lo pasé genial, ¿Y Maya? Es raro que no andes con ella. 

También me siento extraño, gracias por notarlo.

Max: Está pintando, fui a verla y ya estoy aquí. Comencé a caminar pero ella me estaba siguiendo así que me detuve.

Astrid: Cántale una canción, ya sabes, y te declaras. Sus palabras vinieron tan de la nada que me sonrojé tanto como la vez cuando le dije te amo a una profesora a los ocho.

Max: Sabes, hay una canoa en el lago, si la que está toda desteñida, pintala y ponla junto a las otras para hoy.

Astrid: Tenemos la misma antigüedad idiota, no me mandes así. Se rio pero luego me quedó mirando. -. ¿En serio vas a sacar lo de los tres días? ¡Eso no cambia nada!

Max: Claro que lo hace, yo llegué un miércoles, tu un sábado, soy tres días más antiguo, ve.

Astrid: Esto no cambia que te estás enamorando rápido y mucho. Se fue saltando y luego corriendo.

Mi día siguió lleno de trabajo, el que yo mismo me dí hasta que Maya llegó al espacio de juegos donde estaba amarrando cuerdas extras.

Maya: No fuiste a comer así que te traje un sándwich, traía dos pero me comí uno. Se Acercó al columpio que ya estaba armado y me entregó la comida y un jugo.

Max: Gracias, al menos este no tiene un mordisco. Me senté en el suelo y comencé a comer.

Maya: ¿Que crees que soy, un animal? ¿Me das? Su sonrisa es bonita.

¿Que estoy pensando?

Max: ¿Te vas a quedar todo el verano? La miré fijo y me sorprendí de la pregunta tanto como ella.

Maya: ¿Que? ¿Acaso me veo como de las que no se quedan? Sonrió pero quería responder y decirle que sí, que así se veía.

No hubo respuestas de mi parte ni más preguntas de la suya. Se levantó, sacudió sus manos y se sentó en el columpio.

Maya: Ojala toda la vida pudiese ser este momento. Su comentario me dejó sin aliento y aunque sabía que no lo decía por mí me sentí muy feliz.


Get your guns o lo que sea...

Han pasado como tres o cuatro meses desde que escribí algo aquí, siendo super poco constante y muy cursi, lo siento, con todo lo que pasa es tan difícil, espero que les guste y estén bien donde quiera que lean esto <3


Diferente ( ¿Y luego que? 2° Parte)Where stories live. Discover now