Capitulo XII

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*Horas después*

Edson y Susana se encontraban en el estacionamiento de un centro comercial abandonado, recargados en el auto del criminal, comiendo unos helados, debido a la tención y terror que el hombre sentía.

- Ya cálmate - Le regaña la pelinegra.

- Perdón - Se disculpa algo nervioso.

De la nada, un auto se estacionó enfrente de ellos, aunque no se asustaron, pues el diseño y las placas eran conocidas para ellos.

- Hola “Diosa de la muerte” - Saluda aliviado Edson.

Esta baja sonriendo, acercándose a ellos.

- Hola Matus - Corresponde al saludo sonriendo.

- ¿Lo tienes? - Tira la envoltura de su helado la chica.

Esta solo contesta señalando la cajuela de su auto, haciendo un gesto que decía “Mírenlo por ustedes mismos”.

Edson se acerca a esta, abriéndola, viendo con su sonrisa sádica a su secuestrado.

- Wow, jamás volveré a dudar de tus habilidades…- Mira a la criminal mayor - Kerygma -

Esta sonríe alagada, poniendo su típica pose presumida.

- Pero bueno, no hice el trabajo sola - Dice, para que después, el auto se abriera a solo, saliendo una chica - Ella llevo a René a la “Estación de policía” -

- ¿Y ella? - Se acerca a ellas.

- Es Ana, es una chica en entrenamiento - Contesta Susana - Tiene 18 y apenas acaba de salir de la fábrica -

Alza sus cejas, acercándose a la castaña.

- Hola linda - Se acerca a ella de forma coqueta - ¿Quieres? - Le ofrece su helado.

La chica solo metió su dedo del medio en este, después lo mete a su boca, señalandole.

La chica solo metió su dedo del medio en este, después lo mete a su boca, señalandole

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- Como se nota que estás dos te están entrenando - Hace una mueca el hombre.

Edson toma el cuerpo inconciente del menor, llevándolo a la cajuela de su auto.

- Por cierto ¿Quién es este tipo, y por qué demonios Castañeda lo quiere tanto? - Pregunta Kerygma.

- Solo me dijo que su padre le debía dinero, pero no entendí bien quién era - Comenta Ana, cruzándose de brazos.

- ¿Qué? ¿Quién es tan idiota como para deberle a Castañeda? - Dice burlona echándose después a carcajadas, junto con Ana, pero solo ella y la menor se rieron, pues Edson y Susana sabían quien era, noto sus rostros serios - ¿Qué? -

Ambos se miraron, diciendo con miradas si decirlo o no.

- Ay díselo, de todos modos se va a enterar - Se rinde la chica.

Mi secuestrador (Maene) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora