[Narra Samantha]El despertador no dejaba de sonar pero yo, como siempre, lo ignoraba.
_ Samantha, ¡que no vas a llegar a trabajar! -gritó mi madre desde abajo.-
_ ¡Ya voy! -le respondí con las pocas fuerzas que tenía. Segundos después, me destapé y me senté en la cama.-
El gran reloj rojo de la pared marcaba las 07:35 y eso solo significaba una cosa... llegaba tarde. Me duché todo lo rápido que pude, me vestí con el uniforme del trabajo y arranqué el coche.
De fondo sonaba say something porque sí, soy así de cortavenas. Y para recordarme una y otra vez que nunca me he enamorado. Sólo había tenido dos parejas en toda mi vida, y de ninguna había estado realmente enamorada, estaba por estar. Tenía ganas de saber que se siente al vivir un amor de película, pero vamos, no iba a tener esa suerte en mi vida.
Había llegado a mi destino, el de todos los días del año, el Hotel Avenida.
En cuanto llegué me preparé un café de la máquina muy cargadito, para aguantar todo el dia, que si no se me haría imposible.
-Buenos días- Me dijo Tania fingiendo una sonrisa para parecer cordial.
-Buenas- le respondí, pareciendo lo más simpática posible.
Y así empezaba mi día, como todos. Me senté en la recepción y me tocaba estar todo el día aguantando todas las quejas de los clientes e intentando solucionarlas, vamos, mi trabajo soñado.
Son las 14.30, lo que significaba la hora del descanso, por fin podía salir un rato, aunque fuera a echarme un cigarro.
-Ey, Samantha, Martín me ha dicho que no le has confirmado si al final puedes venir el Sábado a hacer horas extras por el banquete de la boda- me avisó Rubén, el único compañero que me caía mas o menos bien.
Hacía mucho viento y se me volaron todos los papeles que llevaba encima, total que fui a por ellos y de repente me encontré con un folleto : SE BUSCAN TRABAJADORES PARA UN CRUCERO POR EL MEDITERRANEO.
No creo en las casualidades, me lo encontré por algo, por fin recordaba el por que estudié turismo, quería viajar y conocer mundo, es una oportunidad perfecta. Voy a llamar ahora mismo.[Narra Flavio]
El móvil se encendió otra vez. Me acerqué para leer de quién era el mensaje... podría ser importante. Adrián. Otra vez, que pesadez. Apagué el móvil, lo dejé encima de la mesilla y me tumbé en la cama. Ya habían pasado dos semanas desde lo que ocurrió con con Emma y, pese a que seguían intentándolo, yo no había cambiado de opinión. Y es que, ¿qué puedes hacer cuando tu novia te engaña con tu mejor amigo? Cortar la rama por lo sano.
Miré el reloj de mi muñeca, las nueve y media. Me puse de pie y, después de peinarme y echarme de la colonia que mi hermana Bea me había regalado por mi cumpleaños, cogí las llaves. Era hora de encontrar trabajo. Había acabado ya el conservatorio de piano y no podía esperar más para empezar a trabajar, me había esforzado tanto...
_ Rubio, luego nos vemos. -abracé a mi gatito de color anaranjado que me miraba con cara de pena cuando, segundos más tarde, salía por la puerta.-
Me recorrí toda la calle principal, y no encontré nada. Finalmente recibí una llamada de un número desconocido.
-¿Hola?-pregunté
-Encantado, soy Pablo Luxer, de cruceros Luxer. Verás, estamos buscando un pianista para nuestro crucero, y nos han hablado de ti. Nuestra próximo crucero zarpará del puerto de Barcelona en dos semanas, estás interesado? -me quedé un poco en shock, ¿quien era Pablo y por que habia conseguido mi número?
-Verás, justo ahora estaba buscando trabajo, dame un par de dias y te digo algo- le respondí, no sabia que decirle, no me lo esperaba para nada.
¿Que estaba haciendo? ¿Porque no lo había aceptado a la primera? Si es una oportunidad perfecta para cambiar de aires, olvidarme de todo lo que me ha pasado y trabajar como pianista, ¿Qué podia salir mal?
Así que me armé de valor y llamé.
-Hola Pablo, soy Flavio encantado, acepto el trabajo- acepté, ya no habia vuelta atrás.
-Flavio, nos vemos pronto.- Me respondió el.
Llegué a casa más feliz que una perdiz, por fin empezaba a ver un poco la luz, me moría de ganas por empezar a trabajar en el crucero.
-Flavio, has conseguido trabajo?- Me preguntó mi hermana, Bea.
-Me ha pasado una cosa muy extraña, me ha llamado un tal Pablo para ofrecerme un trabajo como pianista en un crucero, dice que le habian hablado de mí.- le dije
-¿Y bién?- me preguntó Bea, euforica por saber la respuesta.
-Le he dicho que sí, en dos semanas empiezo- dije con la sonrisa mas grande que me habia salido en años.
ESTÁS LEYENDO
ENTRE MARES -flamantha
FanfictionSamantha acaba de cumplir 25 años y está cansada de llevar una vida tan monótona trabajando en un hotel que no le aporta nada nuevo. Flavio, un pianista de 19 años acaba de romper con su novia por una infidelidad. El destino les tiene preparado un c...