Capítulo 1

3 0 0
                                    

-Lo estás haciendo bien, -dijo Ares a su hija esa mañana, horas antes de su desaparición- pero tienes que concentrar más madera en el centro o será una tabla muy frágil.

Fran simplemente observaba sentado el entrenamiento de todos los días. Su padre los levantaba a ambos al amanecer, salían a correr, y al regresar a casa Jenn tenía que practicar con su poder. Ese día el entrenamiento consistía en tomar varias ramas de un árbol caído y convertirlas en una tabla grande. El poder de los Alloybloom no era el más excepcional, consistía en tomar cualquier tipo de materia y transformarla en otro objeto del mismo material. Habían poderes geniales como controlar el viento, hacer crecer plantas; pero en fin, ese era el de la familia de su padre, y si bien no era épico como en los cuentos de Fran, era bastante útil. Una vez, en verano, Fran y su mejor amigo Ardian habían encontrado un perro abandonado en la calle. Lo llevaron a la casa de Ardian y él le pidió a su madre para adoptarlo. La señora Thawbloom no quería quedarse con el perro, porque no tenían ni siquiera dónde acomodarlo; Ardian le dijo que simplemente esperara y llevó corriendo a Fran a su cuarto. Ardian le pidió a Fran que usara el pequeño mueble de su cuarto para hacerle una casa al perrito. Fran tuvo miedo, porque no sabía si podría transformar algo de ese tamaño sin agotarse por completo, pero lo intentó por el cachorro. Tardó un par de minutos, pero logró cambiar ese mueble por una acogedora cama sin cansarse tanto. La señora Thawbloom quedó impresionada y terminó por aceptar al perro en la casa, que acabó por convertirse en el fiel Niko, que llevaba ya más de un año siendo el compañero de juegos de Ardian, y de Fran cuando lo visitaba.

El poder de su madre era mucho más misterioso, y desde el divorcio, no lo usaban nunca porque simplemente no lo habían entrenado; sin mencionar que casi nadie sabía que Fran y Jenn venían de dos familias con poderes, algo muy raro en cualquier ciudad de Lumeyra. Los únicos recuerdos que tenía de ese poder era el de su madre apagando la luz de su antiguo cuarto en la casa de Xendoyra sin usar el interruptor; y el de él intentando hacer lo mismo una vez y haciendo explotar el foco. Desde entonces decidió no usarlo, y el poder dejó de llamarlo.

Fran se había distraído tanto en sus pensamientos, que para cuando volvió a la realidad, Jenn y su padre ya habían terminado. Era hora de asearse, desayunar e ir a la escuela.

...

Una hora más tarde, Fran y Jenn estaban llegando al edificio de la escuela. Mientras que Fran, a sus 13 años, apenas llevaba unos meses en el edificio de Estudios Superiores; Jenn, con 16, ya estaba en su último año, lista para salir de la escuela y ser una heredera a tiempo completo. En la puerta lo esperaban, como de costumbre, Ardian Thawbloom y Xiu Woods; los mejores amigos de Fran, sus únicos amigos de verdad. Debido a la popularidad de Jenn por ser de las poquísimas estudiantes que ya eran herederas, Fran había sido popular desde el momento en que pisó el edificio, todos querían ser sus «amigos» y hasta los profesores se alegraban al verlo: "¡Pero si es el menor de los Alloybloom! ¿Cómo está tu padre? Envíale saludos". Pero de entre todos, Ardian y Xiu habían sido amigos de Fran desde sus Estudios Primarios, así que eran inseparables. Jenn lo dejó con sus amigos y se fue a su primera clase. Ella parecía que sí se alegraba de ser popular, aunque la única amiga de verdad que tenía era Barbara Pope, o al menos eso era lo que ella le decía a Fran. 

-Bueno, ahí está Barbara, así que me voy, que te vaya bien.

-Gracias, tu también.

Fran subió las escaleras a la puerta y, sin saludarse porque se veían cada día, Ardian y Xiu caminaron con él mientras conversaban de lo terribles que eran las clases que tenían ese día. Desde que salieron de Estudios Primarios, la dificultad de la escuela había crecido bastante. Fran realmente no tenía muchos problemas, era un gran alumno, pero no el mejor; ese puesto lo tenía la brillante Victorya Miragebloom desde siempre. Ardian no estaba muy detrás y Xiu a veces lo tenía algo difícil, pero siempre terminaba por aprobar. Aún así, siempre había una buena excusa para quejarse de la escuela, y a veces los chistes que surgían entre las quejas eran muy divertidos.

-¿Qué te pasa hoy, Fran? Te noto distante. -dijo Ardian. Él era algo más alto que Xiu y Fran desde que pegó un estirón en el verano, mientras que ellos aún se mantenían de un tamaño similar entre sí, así que Fran tuvo que voltear y levantar ligeramente la mirada para verlo y contestar.

-Nada, solo un poco cansado por correr esta mañana.

-Tu padre es tan estricto con eso, Jenn y tú deben decirle que sea más como los padres de Ardian. -opinó Xiu.

-Los padres de Ardian no tienen a la heredera de su familia en casa y con 16 años, no necesitan entrenar.

-Eso es cierto, pero ya quisiera poder tener los poderes potenciados de un heredero. -El heredero de los Thawbloom era un primo de Ardian, así que sus padres no tenían por qué entrenarlo.

-Te cedo mi puesto en el entrenamiento matutino con gusto, ¿eh?

-Por cosas como estas, me alegro de que mi familia no tenga poderes. -dijo Xiu con una risa. La familia de Xiu alguna vez había tenido poderes, pero después de muchas generaciones y ramificaciones, el poder se había diluido tanto que ya ni siquiera se recordaba qué familia era. La madre de Xiu parecía no tener ningún poder, y al casarse con el señor Woods, que no tenía antecedentes de poder en su familia, su hija era una chica normal. Al inicio había tenido cierta envidia de Fran y Ardian, pero con el tiempo eso pasó y era una chica feliz consigo misma.

Llegaron al aula y tomaron sus asientos. Fran y Ardian juntos como siempre, y Xiu con su amiga Serena, una chica que se había mudado a Domyra hace poco y les caía bien a los tres. Las clases no estuvieron tan fatales, excepto cuando Victorya opinaba porque era como escuchar otra clase aparte. No es que Victorya fuera insoportable, pero podía ser muy extensa y aburrida cuando hablaba en clase, y eso pasaba constantemente. Aun así, los profesores la amaban por ello y Victorya siempre terminaba con una nota ligeramente superior a la de Fran. Así pasaron las horas, escuchando a los profesores de Lenguaje, Ciencias, y sobre todo Historia de Lumeyra; el curso favorito de Fran. Ese día hablaron sobre los tratados de paz entre las familias con poderes y las familias sin poderes, un tema bastante básico pero muy importante. Fran estaba muy contento porque, en ese tema al menos, Victorya no podía con él. Pero en la mejor parte de la clase, llegó el encargado de piso.

-Buenos días, profesor; ¿está aquí Alloybloom? Lo necesitan en la oficina del director.

-Fran, ya lo oíste, ve.

Un uuuhhh colectivo resonó en toda el aula. Era bastante raro que te llame el director, y lo peor es que pocas veces significaba buenas noticias.  Fran no tenía más opción que seguir al coordinador por los pasillos y subir hasta el tercer piso. La puerta estaba abierta y Fran pudo ver al director, el señor Mallow, desde las escaleras. Su cara parecía preocupada y sus entradas en la cabeza parecían brillar con sudor. No debo tener miedo, no he hecho nada malo, pensó Fran, pero luego vio que su padre también se encontraba dentro. No podía ser nada bueno.

-Pasa, hijo.- dijo el señor Mallow.

-Buenos días, ¿ocurre algo? ¿Por qué está mi padre aquí?

-Será mejor que tomes asiento, Fran.- respondió Ares en lugar del señor Mallow.

-Para empezar; señor Alloybloom: Usted envió a sus dos hijos a la escuela esta mañana, ¿verdad?

-Sí, así es.

-Y Fran: ¿Tú viniste con tu hermana a la escuela? ¿Llegaste aquí con ella?

-Claro, como todos los días, llegamos y ella entró con su amiga y yo con los míos. ¿Qué pasa con Jenn?

-¿Qué amiga?

-Barbara Pope, ¿qué ocurre?

Mallow tomó el teléfono y marcó unos números. Enseguida dijo:

-Que traigan a la alumna Barbara Pope a mi oficina, por favor.

-Señor Mallow, ¿qué ha pasado con mi hija?.- exclamó Ares, mostrando por primera vez su preocupación desde que Fran entró a la oficina.

-Señor Alloybloom, estamos muy preocupados, lo siento pero primero necesitaba confirmar que Jenn llegó hoy por la mañana a la escuela. 

-Pero dígame ¿por qué?

-Porque no está aquí, no está en su clase, y según usted no está en casa. Eso significa que o escapó, o está desaparecida.

En ese momento, la visión de Fran se nubló, y cayó al suelo.

Heredero de AleaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora