Historias en mi cabeza

Niebla Roja

Niebla roja se acumula fuera de mi ventana. 
 
Mi cuerpo se siente pesado. 

¿Estaré soñando?

Ese parece Cameron, mi pequeño hermano. Él no puede estar afuera, no con este frío. Debo ir por él. 

No puedo moverme…

Esa sombra oscura se lo lleva de la mano, quiero gritar y no puedo, se lleva a nuestro pequeño. 

Mamá… 

Papá…

Las lágrimas salen de mis ojos y aun así no puedo mover una sola parte de mi cuerpo. 

Mi llanto paso al horror cuando ese hombre volvió su rostro hacia a mí. Era una visión de una belleza segadora, pero parecía falsa, sus ojos eran rojos, su sonrisa era pérfida y los colmillos que se asomaban de ella eran bestiales. 

¡No! Su horrible boca se abalanzo al cuello de mi hermano.

Caí de rodillas en mi habitación y cuando subí la mirada solté un grito de terror, esa bestia me miraba, su rostro casi pegado a la ventana, su sonrisa era burlona. Solo me quedaba rezar por mi alma y la de mi hermano. 

El demonio nos había visitado.

Amaneció y mi madre me encontró aferrada a mi crucifijo. Tenía lágrimas en los ojos, mientras balbuceaba el padre nuestro y el nombre de Cameron. 

Mi pequeño hermano murió esa noche, al menos eso dijeron los médicos.

Yo se la verdad y ahora ustedes también.

Mi hermanito se fue en un barco con ese demonio dos semanas después de enterrarlo. Lo vi la noche que quise lanzarme del acantilado. 

Ahora voy en ese mismo barco para buscarlo. Termino de escribir en mi diaro, dejándolo en una mesa en la cubierta con solo una frase más.

Para liberarlo del Vampyr.