King Consort (CHANSOO)

PARTE SEGUNDA

Pronto se acostumbraba a la vida en el Palacio Real, incluso en tan solo una semana había podido ya recorrer gran parte del pequeño pueblo que rodeaba el Castillo, había conocido a los hijos de los otros embajadores y el Jefe de Seguridad del Rey lo había incluido en algunas rondas. Su padre estaba orgulloso de ello, pero no era una tarea demasiado divertida.

El uniforme de la Guardia Real era demasiado estirado y elegante, un pantalón negro, chaqueta azul marino y una especie de gorra negra con un detalle dorado. Era evidente la influencia de la Casa de las Aguas en el Palacio, después de todo, habían gobernado por más de cuarenta años, cuando el padre del Rey Seonho retó a duelo al Rey Minho.

Los uniformes en El Dorado eran completamente distintos, facilitaban la movilidad y estaban pensados para ser útiles en caso de que hubiera un ataque cuerpo a cuerpo, en cambio, no sentía que pudiera moverse mucho con esa maldita camisa que le asfixiaba.

Patrullar el jardín tampoco era tan atractivo, aunque no podía mentir que era una belleza visual aquellos colores de flores y hermosos árboles. Pero era aburrido, rara vez se encontraba con algún otro guardia o personal de jardinería, según le había contado Jongdae (el hijo del Embajador de la Casa de la Luz) durante un paseo en el jardín, los Reyes rara vez interactuaban con los demás habitantes del Palacio. El Rey siempre estaba trabajado o de viaje (o con sus amantes, susurró Jongdae), mientras que el Rey Consorte simplemente tenía prohibido hacerlo, aunque Jongdae reconoció haber hablado una vez con él.

"Él había escapado del Castillo, era evidente porque sus Guardias no estaban con él. Era la mitad de la noche y había una fuerte tormenta, me sentí claustrofóbico en mi casa, así que salía a caminar por los jardines. El Rey Consorte estaba escondido entre unos árboles y un gran tigre lo envolvía, cuando intenté acercarme me gruñó, pero el Rey pudo calmarlo. Recuerdo que lloraba, y me preocupé de que le hubieran hecho daño, así que pregunté. Se supone que su seguridad está por sobre cualquier ley de Elyxion." Su mirada parecía perdida mientras contaba la historia y Chanyeol podía imaginarlo. "Cuando pude acercarme, pude notar que llevaba sólo su pijama, estaba empapado... Un relámpago iluminó su rostro por un segundo y noté que una de sus cejas sangraban... Pronto, Oh Sehun se acercó corriendo a nosotros. Me tomó por la camisa y me exigió que le dijera si había hecho algo o dicho algo, pero el Rey lo detuvo. Se levantó finalmente del piso, pero tambaleaba... Sehun pronto fue a tomarlo en brazos y noté que su pijama tenía sangre..." Jongdae alzó la mirada hacia Chanyeol por un momento. "Nadie tuvo que decírmelo... El Rey había intentado violarlo esa noche. Era luna llena. Los Hijos de la Tierra son más fértiles en luna llena..."

"¿Siempre ocurre?" Susurró Chanyeol.

"No lo sé... al día siguiente fui donde Baekhyun y le conté, le dije que tenían que llevarlo con el médico real, avisarle a su familia... Pero él sólo me dijo que todo estaba bien, que el Rey Consorte mejoraría." Jongdae frunció el ceño y bajó la mirada hacia una de las flores del jardín. "Aquí todo el mundo lo sabe... Lo de la luna llena, que los reyes no han podido consumar su matrimonio... Que el Rey ha intentado tomar al Rey Consorte innumerables veces... Y nadie hace nada. Ni siquiera yo." Susurró. "Esa fue la única vez que le hablé sin permiso del Rey... A diferencia de mí, eres y serás un Guardia de Palacio, Chanyeol... Puedes protegerlo." Sonrió apenas, mientras se inclinaba a acariciar otras de las flores. "Cada vez que el Rey Consorte llora, una oleada de flores se marchitan."

Chanyeol salió de sus recuerdos mientras miraba la belleza de las rosas, rojas como nunca antes había visto, pero parecían tristes y apretujadas entre ellas.

Un movimiento entre los arbustos lo alertó a su espalda y se volteó, llevando su mano a su arma de servicio. Un precioso tigre apareció de entre las hojas, parecía más grande de lo que había visto la última vez y se acercaba con sigilo. Su pelaje parecía suave y brillante, Chanyeol estiró la mano con cuidado, intentando acercarse también hasta rozar la zona de su mandíbula. El animal cerró sus ojos y pareció relajarse.