One Shots - supercorp

Flor palida

Estaba saliendo de aquél pequeño supermercado que quedaba cerca a mi nuevo apartamento - ya le había dicho a mamá que no tengo porque llevar a alguien - dije a mi hermano al telefono

- lo sé Lena, pero mamá insiste en qué traigas a alguien. Y sabes que a mi no me importa que sea a una amiga

- escucha Lex, yo... - dejé salí un suspiro pesado mientras me detenía a un lado de la puerta - sabes que no necesito a nadie. Y por favor no digas nada más, té veré a fin de mes - colgue luego de escuchar un pequeño "adiós". Coloque las manos en la cintura mire al cielo y dejé salír otro suspiro pesado, cuándo escuche un ruido a mi lado, voltee a ver a una rubia sentada sobre un gran carton en el suelo, vestia un gran saco sucio y roto, y sentí algo deslizarse por mi mejilla, estaba llorando de impotencia otra vez, aparte la mirada de aquella chica y me limpie rápidamente la cara. No merecía la pena que llorara solo porque mamá no me aceptaba, solo debía importarme mi propia opinion, pero yo y mi complejo de querer ser la hija qué, al parecer, nunca tuvo. O al menos eso decia cada vez que tenía la oportunidad.

Cuándo llegue al apartamento me cambie por algo más comodo y me fui a dormir. Eran alrededor de las 3am cuándo desperté con una imágen en mi cabeza, la chica rubia fuera del super, no entiendo porque pienso en ella ahora, pero,... parecía una flor, una flor marchita y deshojada; ya casi palida por la falta de color, quise ayudarla a como diera lugar, pero, ¿que podía hacer yo?. Afuera llovía bastante fuerte y tuve la necesidad de ayudarla, esta vez fue más fuerte así que me senté rápidamente en la cama sintiendo el ya tan conocido mareo, apenas me estabilice, me cambie de ropa, agarre un paraguas grande y salí en dirección al supermercado, pero antes de llegar escuche un ruido proveniente de un callejon, sé escuchaba como sí forcejearan, no quería entrar a averiguar que era, pero ese, "no quería", quedo en el aire porque mis piernas se movian solas, rápidamente encendido la linterna de mi celular y pude ver a un hombre sobre lo que parecia ser una chica - llamaré a la policía - fue lo primero que se me ocurrió decir y aquél hombre salió disparado hacia el otro lado dejando en paz a la chica. Cuándo ella se levanto y sé acercó a mi, me di cuenta que era la misma chica de antes

- gracias - dijo en una voz grave casi en un susurro, sollozó y sus ojos llenos de lagrimas

- Hey, tranquila - la tomé de los hombros y la saqué de aquél callejón, sentí unos pequeños temblores provenientes de ella

- p-pense qué me... qué me... qué me iba a- no podía hablar muy bien por él hipo del llanto

- está bien. Ahora estás bien... Yo voy a cuidar de ti - tal vez era su vulnerabilidad o mi sentimiento de querer ayudar a todo el mundo pero me prometí y a ella, cuidarla para qué nadie le robe ese poco color que se, qué le queda y sobretodo, para que nunca se fuera de mi lado

A pesar de sus negaciones, la convenci para llevarla a mi apartamento para poder cuidar de ella. Le di ropa y mi habitación, le explique todo lo que podía hacer y ella entró a bañarse.

Fui a sentarme en la sala, vi la hora y eran las 4:20am, no sé sintió qué paso tanto tiempo, pero claro, estaba tan perdida en ese sentimiento de querer proteger la, qué no me fije en nada más, nisiquiera en el echo de qué pude haber ido en mi auto, dejé salir una pequeña risa por eso y negué con la cabeza

Cuándo escuche que se acercaba voltee a ver a mi habitacion, venia saliendo con una camiseta de tirantes y unos shorts que le quedaban debajo de la rodilla, pude ver algunas zonas moradas y otras negras alrededor de su cuello al igual que en los brazos y pecho, no dudaba en qué tendría en todo el cuerpo. Me levante del sofá y me acerque a ella - de ahora en adelante viviras aquí? - sonó más a una pregunta qué a una afirmacion

- yo no creo que deba ser así - dijo en un susurro con la cabeza agachada

- no debes preocuparte por nada, yo puedo darte lo que sea, y no seras una carga, puedes ayudarme a mantener este lugar como lo ves - señalé a mi alrededor - tu me ayudas, yo té ayudo, qué dices? - la rubia lo pensó un momento