fallen

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la noche es fría y pura. atrapados los dos en abismos de locuras, se sentía como un agujero con caída al vacío interminable. una brisa gélida cortando el aire.

las teclas son suaves al tacto. y al levantar la cabeza, ahí estás sonriéndome de nuevo. una risa escapa de tus labios color marfil, y sé que es falsa, es falsa porque nadie se ríe de esa manera.
todo en ti parece ser una mentira, tus ojos acompañaban una sensación de irrealidad que sólo tu sonrisa, tu piel, tu todo han de igualar.

estás pálido, tu piel siempre ha sido como la de un ángel, pero ante la luz clara e imponente y aunque el mármol que nos rodea no he de perderte en el fondo. porque resaltas, tu te haces ver. como una figura inigualable caída del cielo, un jodido santo que no encontró la vuelta a casa.

eres la única jodida divinidad que había logrado enamorar a satanás.

y así me tienes, porque en tu inocencia desconoces como me tienes, a la oscuridad pendiendo de un hilo.

mis manos sobre el piano se deslizan en un compás mudo e insignificante, tecla por tecla, con un sonido dulce que inunda el lugar atrayendo a todos aquellos que te desconocen.

y tu me miras, me miras como si toda reliquia antiquísima y de alto lujo en la habitación fuese de efímero valor, me miras como si el mundo no temblase ante tus pies, me miras como si me perteneceises, me miras como si aún así no lo hiciese, me miras, y oh, joder, como me miras.

me miras y yo te miro.
porque solo así, en la perfecta sintonía de nuestras miradas el mundo ajeno queda mudo, la charla de cualquier aristócrata cual murmullos se convierte en una plena perdida de tiempo, pues tus ojos están en mi y así los míos en ti. incluso si esta mal, incluso si es incorrecto suenan como voces en off, a lo lejos, mudas.

porque aquí solo existimos tu y yo, mis manos y un piano.

mas no te acercas, y yo no lo hago, en eso se basaba lo satírico de lo nuestro.

y ha de ser hasta un poco diabólico,
hasta donde puedes llegar a desear algo que no puedes poseer?
como viviendo un mismísimo infierno, el fuego de ultramundo alentaba las llamas entre los dos.

los aplausos son redundantes, tu mirada que se aleja. y haz dejado caer el hilo otra vez.
mi alma se hace trizas y puedo jurar que duele aún más que la primera vez, pues me has estado sosteniendo y ahora te has ido.
me sueltas, me dueles, me haz roto.

me haz roto pero yo ya estoy roto, siempre lo he estado, origen del pecado original, solo he logrado sanar mi ánima un poco mientras que el resto de mi resposa en los suelos como un recuerdo de algo magnífico, imponente, cual viejas ruinas, un leve suspiro se lo que alguna vez fue. como vidrios rotos, crujen mientras los pisoteas.

y quizá quieras engañarte a ti mismo pero yo he visto tus cicatrices, dos grandes heridas, como jirones en tu espalda, manchando el pulcro lienzo de tu piel. y sé que también estás roto, pues nuestro padre, el falso dios nos ha dejado ir como si nada le valiesemos.
pues nada le valemos y su poder es su única ambición, su único propósito.
te he visto llorar, y he visto como los inmensos lloraban contigo desde arriba. te he visto alborotar el mar y te he visto deshacer al cielo en un par de lágrimas gruesas, saladas y melancólicas.

pero aún así allí estás, parado, roto. fingiendo cargar con una paz que no posees. porque yo te he visto fingir que todo está en orden y deleitarte con aquella sonrisa angelical que posees cuando tu, mi querido ángel,  no cargas con ninguna paz, tu cargas con el mismísimo infierno encima.

pues en esta locura de deseo pasional, a ninguno de los dos se nos ha enseñado a amar.
somos entes que caminan encontrándose, como si de la más pura de las casualidad resurgiese el sentido de todo esto.
porque no le hemos dado un sentido, y es que te sorprendería saber que no lo tiene, así como ninguno de los dos posee del otro.

mis pasos se oyen vacíos yendo tras tuyo, pues en el camino de alabanzas que atravieso, no estarás tu allá al desenlace para atraparme?
voy moribundo y necesito que me salven, necesito de ti. el sentido de la soledad que agobia, donde te has ido?, eh, dicha mía? que ahora me dejas tirado como a cual nadie.

si has de romperme pues pisa fuerte, al menos no he de querer olvidarte, deja una marca y que arda bien intenso en mi alma, pues ávido el dolor es ha mi ser así como tú a mí y la noche a la mañana.

bésame lento, bésame y no te alejes, pues perderte es como dejarme caer a mi mismo por un abismo.

lucifer

y que los infiernos lloren
silenciosos tu ausencia.

que cada rosa del jadrin
se marchite al revivir tu recuerdo

que tiemble cada hombre
al escuchar tu nombre

y que cada uno tema de en el infierno, la vida eterna

pues cada llama quema, la razón de un amor no correspondido.

heavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora