YoonJin Songs

Heart attack

Autora: ShookyAndRJ

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Podía jurar con su vida que no era un acosador, que era la primera vez que lo seguía unicamente para observarlo, con la pequeña singularidad de que esa vez, corrió hasta la azotea con ese objetivo en mente.
Claro, lo veía seguido, pero muy cortos peridos de tiempo, tan insignificativos que podía jurar que Min Yoongi no tenía idea de su atracción por él. Pero ese día, incentivado por su atractivo nuevo corte de cabello y guiado por el gusto creciente que sentía por él, paso más tiempo del recomendable viendolo, perdido en sus ligeros movimientos, cegado por sus gestos al hablar con sus amigos, anonadado por sus sonrisas, por su dulce mirada fija unicamente en el, clara, penetrante, imperturbable, casi como ese flechazo directo a su corazón. Tener su atención era una afrodisíaca mezcla de miedo y emoción, sentimientos que lo obligaron a ocultarse, a correr, a enloquecer.

Yoongi lo descubrió.

Mientras huía, no pudo evitar sentirse lamentable y avergonzado ¿Cuánto tiempo llevaba adorando a Min Yoongi sin que se diera cuenta, sin que lo notase? ¿días? ¿semanas? ¿meses? No lo recordaba claramente, en su memória solo guardaba el sentimientos que le provocó conocerlo, esa primera vez; una simple mirada, un casto saludo formal y obligatorio, un fuerte golpe en su pecho, una dolorosa puñalada en su corazón. Se obligó a si mismo, a retirarse de ese iniciante partido de básquet para correr al baño del lugar y poder respirar, porque el Flechazo que recibió lo deshabilitó de inmediato.
Sus manos sostenían con desespero su uniforme deportivo, presionando su pecho, arañando sobre el, quería detener ese sufrir, necesitaba acabarlo de alguna manera.

Se lo habían advertido, hace mucho tiempo se lo contaron sus padres, una vieja historia, ese flechazo invisible, el que va directo al corazón cuando conoces a tu gran amor, tu alma gemela, tu destinado, tu pareja en anteriores vidas. Solo una leyenda muy popular que dice ser verdad, que en ocasiones puede hasta matar; para Seokjin era completamente real.

Se retiró ese día del lugar a causa del dolor, con el nombre de su amor marcado a fuego en su mente, y con la imagen de su hermoso rostro y fugas sonrisa, al verlo.

El adversario jugador, no volvió a aparecer en su vida como la leyenda lo decía, se suponía que el destino los juntaría, sin importar la distancia o el lugar, de una u otra forma se encontrarían, y definitivamente la historia no mintió; el chico nuevo de la clase inferior era su amor.

Que emocionado se encontraba por la oportunidad de verlo otra vez, como palpitaba su corazón ante su siempre lejana presencia, y lo asustado que estaba en ese momento por haber sido descubierto.

Miles de pensamientos pasaban por su mente al ver la velocidad en que sus pies se posaban uno adelante del otro, como una carrera sin un final cercano; podría hasta imaginar los rostros de sus amigos sonriendo con burla no solo hacia el, sino también para su destinado, alardeando que Jin era tonto por no acercarse y Yoongi lo era aún más, por no notar las miradas brillantes de amor y los suspiros sonoros que Seokjin le dedicaba al verlo siquiera pasar.

Sus mofas y chistes llegaban a molestarle, pero lo entendía, se suponía que a primera vista ambos sentirían el dichoso flechazo, pero su alma gemela nunca reacción a él, no parecía buscarlo, no parecia siquiera interesado, al conocerse tampoco notó sorpresa o dolor. Nada, absolutamente nada. Casi como si solo el supiera de su unión.

Sus pasos se volvieron lentos, ese recurrente pensamiento lo desánimo nuevamente, oyó un timbre resonar, vió decenas de estudiantes caminar a sus salones, hasta que no escuchó paso alguno más que los suyos. Se sentía molesto, triste, y ligeramente humillado por verse descubierto de una forma tan tonta, y saber que en ese momento debía cumplir con un clase, no era un mejor insentivo, mucho menos cuando la carrera impredecible de otro alumno, los arrojó al suelo a ambos.