Resiste, resiste, resiste.
En el reloj del móvil noto como pasan los segundos, y por ende, las horas.
Resiste, resiste, resiste.
Una sabana me cubre de pies a cabeza.
-No te la quites. No te destapes. - Me repetía mentalmente una y otra vez.Resiste, resiste, resiste.
Los pequeños espasmos me dan a entender que el nerviosismo está de mi parte.
Resiste, resiste, resiste.
Han pasado ya cinco horas.
Resiste, resiste, resiste.
Cinco largas horas en las que me podría haber vuelto loca solo con cerrar los ojos.
Resiste, resiste, resiste.
Mañana espero acordarme de quitar ese espejo.
Resiste, resiste, resiste.
Las seis y media.
Te pido por favor que resistas.
Un ruido.
Resiste, resiste, resiste.
¿Por qué noto como si...? Da igual.
Resiste por tu vida, por favor.
Suena la alarma.
-Aún no.Resiste, joder.
Espero a que un mínimo signo de despertar ajeno se oiga por la casa.
Quizá ahora si, pero tengo que resistir un poco más.
Escucho movimiento y el interruptor del lavabo.
Ahora si. Puedo dormir. Por fin.
Pero no sin antes esperar un par de horas más, tengo que asegurarme de que no estoy sola.
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RESISTE.
Non-FictionAndo muy corta de inspiración. Pero esto es lo máximo que he podido exprimir en este momento. Es una representación escrita de lo que sentí una de las tantas noches que sufrí de ansiedad. El sueño era mi mayor enemigo. Y yo misma. Así que he hecho...