El vacío fundamental del amor

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Cuando terminaron las clases fue ella quien se acercó a mi, pero desde el momento en que sus ojos se cruzaron con los míos yo ya no me sostenía a mi misma, sabía que lo que estaba a punto de decirme no era algo bueno, pero no pude evitar que mi cuerpo reaccionara al de ella hasta que me dijo:

—No lo intentes más, no juegues a ser buena amiga, no somos amigas, vi que me seguiste en instagram y comenzaste a darle like a todas mis publicaciones, mira entiendo lo que pasa, quieres volverte "la favorita de la profesora", esto no funciona asi, entonces tan pronto lo entiendas mejor para todos.

Todo eso me tomo por sorpresa, me desarmó por completo.
Ema se percató de todo, y me miró con lastima, ella lo sabía, yo lo sabía, sintió pena por mi.

—Ya lo verás, se marchara pronto, una mujer como ella no se queda como profesora nunca.

Formule una frase que en verdad decía: ojalá se marche, ya que puedo aprender a odiarle, pero no era solo una frase ya que era una especie de deseo.

Cuando por la noche termine de ver una película de un apasionado amor, recordé a Mariana, algo en mi de verdad deseaba que sucediera algo entré nosotras no importaba cuál difícil fuera; entonces recibí un mensaje de  Oliver un chico de la Universidad que requería de uno de sus apuntes que me había prestado, y le dije que pasará a mi casa, no era cualquier chico en verdad, ya que lo conocía de toda la vida, siempre había sido hijo de amigos de mis padres, era de esas personas que siempre se expresan  bien de otros y parecen estar bien consigo mismos por ser bien parecidos pero cuando los conoces, también conoces todas sus inseguridades, me agrada la gente insegura que proyecta que no lo es.

Me había invitado a salir varias veces;  más yo todas y cada una había rechazado no por qué el me desagradara, tan solo era que no podía verlo como algo más que un amigo;
entre todo esto un pensamiento asalto mi mente cuando leí una nota en mi libreta era un número de teléfono y una pequeña "M" abajo, solo podía ser ella Mariana, pero ¿Que estaba intentando con todo esto? Gritarme enfrente de la clase y ahora esto, no podía negar el hecho de que me moría por llamarle y escuchar su voz, sonó el teléfono, era Oliver estaba afuera de mi puerta, fui, abrí la puerta y le dije que pasará y tomara sus papeles, yo aún tenía mucho en qué pensar, me senté en el sillón y el comenzó a hablarme sobre la película de la cual aún estaba la imagen en la tele, aún no la había retirado, luego me preguntó cuál era el motivo de mi ansiedad y solo podía hablar de forma abstracta, si no quería contarle la verdad y así lo hice, y contrario a lo que podía esperar el significó en mi un gran alivio y conforte pero este sentimiento me duró poco, era ya tan solo una adicta que luego de una dosis dice que podría dejarlo si quisiera, ya que cuando Oliver se fue la llamé

—¿Profesora?
—Esperaba que llamaras Elizabeth
—¿Podríamos vernos mañana?
—Claro, tu dime a qué hora y en dónde
—¿Le parece en su casa a las cinco?
—Por supuesto, hasta entonces.

Al siguiente día las clases transcurrieron con pesada normalidad y volví a la casa y me di una ducha y me vestí lo mejor que pude, no estaba segura si está era una cita pero si lo era, jamás había estado tan nerviosa por una hasta ahora, ella era ahora la razón de todas mis ansiedades y me encantaba la idea.

En el coche antes de llamar a su puerta decidí meditar sobre lo que estaba haciendo, no me estaba retractando por que quería esto más qué cualquier otra cosa, pero ¿Era esto una especie de amor? No, y sabía que muy probablemente nunca llegaría a ser amor, pero la atracción satánica que ejercía sobre mi era tan ardorosa que intentar aliviarme solo era un recuerdo sofocado mas, así que me desarme, baje del auto y toque suavemente la puerta, no quería parecer desesperada, se abrió la puerta y allí estaba ella.

—Pense que te habías retractado

¿Yo retractarme? Nunca

—¿Por qué pensaste eso?

—Te vi en tu auto

—Solo estaba  pensando

—¿En qué pensabas?¿En qué piensas?

—No te lo diré, es personal

—¿Es sobre mi? ¿Tanto te gusto?

—¿Que si me gustas? Te idolatro

Ya está ahora ya lo había confesado, ya estaba fuera de mi sistema, ahora solo esperaba por su respuesta, parecía que lo que le había dicho había sido un golpe en la cara seguido de sucias caricias. Era increíble que alguien como yo fuera capaz de confesar algo así y ese valor si se le puede llamar asi, provenía de la euforia contenida de mi último interés amoroso jamás le confesé mi sentir por qué tenía miedo de lo que pudiera pensar de mi, pero ahora aquí estaba enfrente de ella, desnuda ante ella.

—Como puedes decir que conoces el sentimiento de idolatría

Allí estaba su respuesta, confusa pero verdadera.
No se lo es es el amor, no se lo que es gustar, no se lo que es idolatrar, pero ahora mismo es la palabra que más se acerca a lo que siento cuando pienso en ti.

—Puedo estar equivocada, pero estoy dispuesta a correr el riesgo

Soltó una pequeña risa que me otorgó la vida que había necesitado todo esté tiempo .

—Por supuesto que sí— me dijo y comenzó a acariciarme la cara

—¿Puedo besarte?

—Si porfavor

Y procedió a besarme desesperadamente como si ella también hubiera tenido aquel sueño que me inspiró a hacer cosas de las cuales yo jamás me hubiera creído capaz, estaba nadando en aguas profundas y  aun con la posibilidad de ahogarme no tenía interés en nadar hasta la superficie.



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⏰ Última actualización: Jun 30, 2020 ⏰

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