Ella era alta, más blanca que la nieve, más encantadora que cualquiera,el cabello rojizo más ardiente, humillando a cualquier fuego que alguna vez se crease, dejando en pena a la mismísima sangre, con ojos azules que brillaban en ámbar cuando sus emociones la controlaban. Sin embargo, sus ojos eran lo único que determinaría el destino de quién la mirase, porque ella nunca vacilaría en su sonrisa, amable y apaciguadora cuando era feliz; atemorizante y con sentencia cuando estallaba en ira; insondables y fríos cuando estaba triste, ese era el rango, esas eran sus más fuertes emociones, esa era la reina.
Danielle Antoniette Vallhandore, era la más poderosa vampiro que jamás se hubiera conocido. Con su figura estrictamente ágil, se consideraba por unos la perfecta mujer, por otros, con más astucia, era la representación del poder y la estrategia.
Los cuentos vienen largos y abreviados, tantos como para llenar bibliotecas. Historias sobre su valía, hazañas que relatan cómo liberó varias colonias, cómo su encanto engañó líderes directo a su caída. Sus poderes variaban altos y extensos, desde elementales hasta mentales. Podía controlar cuerpos y mentes, podía doblar al más fuerte y ser más ingeniosa que el más inteligente. Era como una diosa entre los vampiros de todas las edades. Ella era la primigenia de la raza vampírica. Para su raza era un ser divino con cuerpo, para las otras razas no era más que un mito.
Sin embargo, de todas las leyendas, mitos e historias. Hay una que sobresale siempre, la gran y trágica historia de cómo se asesina a un Dios. Pero esa historia, es algo para contar otro día.
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The bloody heir
VampireLa heredera sangrienta trata sobre Dania, una criadora de animales, con un gusto por serpientes. Dania vive en un lugar recóndito de Canadá. Persiguiendo su sueño de tener una tienda donde pueda convivir entre animales mientras los da en adopción y...