¿Quien soy yo?
Diría que soy una persona común y corriente en un mundo lleno de simios no pensantes, o bueno eso veo yo, de pronto porque no soy la misma copia barata de las chicas de mis escuela, la típica porrista sexy a quien todos quieren y siguen. Yo no soy esa cosa "fea", relativamente fea para quienes vemos mas allá de lo fisico, pero pues la sociedad no la ve así.
Me llamo Carolyn Steed, me encantan los libros, la danza clásica, el violín, soy buena para los números, pero no me gusta, en fin.
Esa soy yo.
Mi rutina es muy sencilla, eso de pasar desapercibida es lo mio, aunque no me dejó de nadie, si alguien me molesta simplemente voy directo al grano, Trato de no ser grosera, pero si directa.
-Hey! Caryy espera... - salia el grito de una avalancha de simios andantes. - ¿A qué horas tienes la reunión con la señorita Stewart?-
Por Dios LA REUNIÓN. La señorita Stewart es la maestra de danza, musica y teatro. Ese día a la escuela llegarían estudiantes nuevos, nada raro, en los últimos años ha llegado muchos simios, ya me da igual verlos como una plaga en todo mi entorno. La señorora Stewart me pidió el favor que les hablara sobre las inclinaciones artísticas de la escuela. Algo fácil.
- Emma, muchas gracias, ya se me había olvidado, por eso eres mi mejor amiga - respondí con una risita simple.
Emma es la amiga tipo alarma, la que siempre te acuerda de todos tus deberes, la que un día antes del proyecto te dice que no se te olvide. Era una chica rubia, pero se lo tinturo de un color cobre, tiene ojos verdes, grandes y hermosos y siempre anda con un libro de biología en la mano.
- Steed repondeme la pregunta por favor, luego me agradeces- dijo algo preocupada.
- A la hora se receso ¿por?- respondí calmada.
-Ahhh! Que alegría, si puedo acompañarte- se le iliminaron los ojos como si hubiese visto los mas ricos chocolates suizos.
-¿Quien dijo que te iba a llevar? Jajajajaja se le perdió el laboratorio- reía a carcajadas
- No, hoy no iré al laboratorio, tengo que ir contigo, escuche a Luisa decirle a su ejercito maquillado que habrían chicos realmente lindos y quiero verlos por favor - me rogaba con sus ojos de cachorro, nadie se resiste a ellos. Por alguna razón extraña yo no estaba intersada en ningún chico así fuera lindo e inteligente, no me nacía buscar una pareja, cosa que a Emma si le importaba demasiado.
- Como quieras... Luego nos vemos, tengo ensayo - le dije mientras me apresuraba a mi casillero a sacar mi bolso de ballet con lo necesario para la clase.
- Gracias, Caryyy - se fue dando leves saltitos como si fuera una ranita.
Llegue una hora antes de que "todo" mi grupo llegara, me encanta llegar allí y estar sola, así me puedo alistar, y bailar como si fuese mi último dia, siguiendo las melodías de la música clásica, realmente volaba en mía zapatillas de puntas.
Nadie me ve practicar, nadie me molesta por si lo hago bien o no, eso es lo mejor, Hasta ese día, realizaba unos tours que son unos giros rápidos en una sola punta, soy buena en ese movimiento, debo confesar, giraba y giraba sin parar, como una ruleta que ve todo y llega al mismo punto y me perdí y caí fuertemente al ver a un chico parado en la puerta viendo lo que hacia, él se asusto y fue a ayudarme y eso fue lo último que recuerdo, sus ojos color café claro y su voz diciéndome tranquila todo va a estar bien.
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La sinfonía de una mirada.
Teen FictionMuchas personas dicen que las miradas son sentimientos que viajan de un lado a otro con un oculto secreto, y si, yo era de esa personas que no creía en esas palabras " cursis" de todo típico adolescente. Hasta que lo vi, no quiero sonar típica adole...