Las seis de la mañana. La hora perfecta de levantarse... Para estar divina hay que sufrir o al menos eso es lo que dicen. Lo primero que hizo Jane, fue preparar su outfit. Algo sencillo, que no llamase la atención pero que al mismo tiempo impresionase. Todo un reto para la joven Cooper. Al menos llevaba una media hora deliberando sobre qué podía ponerse hasta que al fin logró decidirse y colocarlo sobre la cama. Cogió el albornoz y se metió en su cuarto de baño para darse una ducha "rápida" de una hora. Se sentó en el tocador y se empezó a maquillar. Era su primer día, debía destacar pero sin mucho maquillaje, un poco de sombra de ojos granate, un poco de colorete y brillo de labios. Tampoco quería parecer un putón. Prosiguió con el pelo. Se cepilló su melena castaña para luego hacerse unas ondulaciones con las planchas. Una vez acabada de arreglar, se dispuso a vestirse con la ropa que escogió. Un top blanco de manga largas caídas por los hombros. Se puso una falda de vuelo beige claro con flores rosas y burdeos. Cómo hacia algo de frío se puso unas medias negras con puntitos y una chaqueta granate de cuero. Vió en su joyero unos pendientes dorados con estrellitas y se los puso. Cuando ya estuvo vestida, se fue a buscar los zapatos, unos botines con tacón y un bolso que conjuntase.
Alicia ya se había levantado y ahora le preparaba el desayuno a la joven. Zumo de naranja recién exprimido con una cucharita de azúcar y crepes rellenas de sirope de fresa y nata. Jane bajó con la chaqueta en la mano hasta la cocina.
——¿Qué es eso que huele tan bien? ——Alicia le acercó un plato con su desayuno.
——Crepes, tus favoritas.
——Alicia, eres la mejor. ——La joven abrazó a la mujer y ambas desayunaron.
Justo a las 7:40, Erick ya estaba camino al instituto con su hija en el asiento del copiloto.
——Bien, recuerda, busca a la chica de anoche y júntate con ella.
——¿Por qué? Papá, sabré hacer amigos yo sola, no necesito ayuda. ——Erick paró el coche frente la puerta del instituto para que ella se bajase.
——Lo sé, pero ten cuidado. ——El coche azul marino de su padre se fue dejándola sola en aquella puerta. Varios grupos de alumnos la observaban con curiosidad, otros con asco y algunos con odio y superioridad. La joven castaña se empezó agobiar, en fin, tenía a medio instituto mirándola por los pasillos, eso sin contar el hecho de que no tenía ni la más mínima idea de a dónde tenía que ir. Milagrosamente, cómo si el destino escuchase su angustia, el timbre sonó y todos se fueron a sus respectivas clases. La castaña, aprovechando eso, se dirigió a la secretaría para pedir sus horarios. Al llegar, una mujer rubia de ojos azules la atendió y la guió hasta el director. Entraron en un despacho con ventanas enormes que daban al campo de lacrosse. En una mesa de madera maciza, estaba sentado un hombre moreno de ojos castaños, que se levantó al ver entrar a ambas féminas.
——Usted debe ser la hija del doctor Cooper, ¿No es así? ——La joven Jane asintió algo sorprendida. ——Aquí tiene sus horarios. ——El hombre los observó antes de dárselos. ——Vamos, la acompañaré a su primera clase.
Ambos salieron del despacho dejando a la mujer volver a su trabajo. Llegaron a una de las clases de la planta de abajo, una que estaba cerca de la puerta del patio. Por el pequeño cristal de la puerta, la joven pudo ver a un hombre rechoncho con gafas y pelo canoso escribiendo en la pizarra. El director llamó a la puerta y entró primero.
——Buenos días director Hamato, ¿Qué ocurre? ——Por el final de la clase, un chico con el pelo rubio oscuro casi castaño y ojos celestes, le sonrió al director.
——Profesor Flynn, tenemos una alumna nueva. Adelante señorita Cooper. ——La castaña entró colocándose frente a la clase. ——Espero que la tratéis bien y la ayudéis con lo que necesite. Todos sabéis lo que es ser nuevo en algo. ——Con una sonrisa pacífica, miró a la joven y se fue.
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Be strong or die
RandomDicen que la luna brilla más cuando el cielo más oscuro se pone. Así que recuerda, cuando todos sucumben a su oscuridad y los consuma, conviértete en la luna. Somos y siempre seremos líderes, y un líder jamás abandona.