Day⇝ 1

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Solía comportarse cómo el típico chico creído de 18 años de edad, que convivía con el club del equipo de fútbol americano en la preparatoria Whitblincoon, ser quién llevaba todas las noches a una nueva joven a su cama.

Louis solía serlo, solía triunfar en la vida cómo requisito de maravilla o obtener el mas grande éxito por el campo de fútbol, quedaría marcado cómo el más admirado, amado y deseado por cada chica de la preparatoria.

Días de fútbol, fiestas y sexo, solía ser la rutina diaria de Tomlinson, apuestas en grupo involucraban a jóvenes repletas de timidez.

Louis solía ser el chico qué toda preparatoria quería ser, una vida de lujo, riquezas, y sonrisa de oreja a oreja.
Heria a las personas, lo hacía de una forma u otra, pero siempre buscada la manera de serlo, tal vez el rencor lo llevó a eso, quién sabe.

Y cómo todo karma, vuelve y pega dónde más duele, la vida de Louis dio un giro de 180 grados por segundos, llevándolo a la depresión, miedo y aislamiento social.

Al punto dónde siempre juró no caer, Louis llegó a tal punto dónde su mismo miedo interior aumentaba dentro de el, de ser el chico en tendencia #1 a ser el nerd de toda la preparatoria.

¿Podía volver a triunfar? Sí, podía, pero su misma reputación bajó, de ser sexo y alcohol, pasaron a ser días de lágrimas entre las cobijas. De ser una sonrisa real, pasó a una completamente fingida.

Louis demostraba tristeza profunda, ya no sabía qué camino tomar. Y sólo tenía dos: la vida, o la muerte. A quiénes solía llamar amigos, llegaron al punto de exibirlo.

Perdió su popularidad en puesto número uno, perdió a su madre, a su mejor amiga, su felicidad y su sonrisa. Dejó aquéllos sentimientos a un lado, diciendo qué no eran importantes en su vida, ni en su corazón.

Louis no se sentía bien, no sentía la necesidad de amar, o tal vez, ya había olvidado lo que era el amor.

Después de todo, los días transcurrían normales, y el otoño había llegado a las calles de Wellington, el cuál brindaba días de frío y hojas secas acompañadas de un Rocío.

La suave brisa golpeaba las ramas de aquellos descubiertos árboles, y el verdoso césped se encontraba cubierto de las secas hojas

Pasaba el tiempo y Louis no encontraba la felicidad, no encontraba a la persona capaz de hacerle sentir esos sentimientos en su ser interno, cómo también externo.

La vida de Louis no era un mundo de celeste y rosa, ni de felicidad o amor. Sus días eran grises y oscuros, repletos de tristeza y miedo. No estaba dispuesto a dar amor, cuándo el aún no se amaba pacíficamente.

¿Acaso sabía lo que era el amor?.

-Buenos días, Louis- Saludó Emma, una joven de cabellera castaña y ojos claros cafés.

Louis transcurría a terapia durante dos veces a la semana. Tratamientos que ayudaban a Louis con la mejora de su salud mental.

-Buenos días, doctora...-Devolvió el saludo y tomó asiento en el grande sofá marron oscuro.

-¿Cómo has estado últimamente?- Buscaba la manera de entrar en conversación con Louis, la manera de hacerlo entrar en confianza.

Sabía que louis aún no estaba bien, y buscaba la manera de hacerlo sentir seguro estando con ella.

-Nada...sigo siendo la misma basura que todos quieren lejos.-Louis se notaba nostálgico, Louis lloraba por las noches, y el alcohol ya no hacía efecto.

Louis sabía perfectamente qué su vida no tenía sentido. El lo creía aún con los ojos cansados. Y los nudillos de sus puños lastimados.

Su vida era cómo un reloj de arena, el tiempo corría y sin darse cuenta se estaba desvaneciendo, necesitaba un abrazo sincero y una sonrisa real que lo haga sentir vivo nuevamente.

Love Me ¿Please? |L.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora