「 parte 2 」

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革命已经开始━━ THE REVOLUTION HAS BEGUN

Ideales de libertad. Aquello define a cualquier revolucionario. Libertad, paz e igualdad. Palabras que definen a la perfección un corazón revolucionario.

Gritos exasperados surgen de la garganta de un joven castaño que está durmiendo en una incómoda litera montada en una carpa a la mitad del desierto.

—Despierta, Wooseok —escucha la voz de su mejor amigo —. Si no despiertas en este momento, pasarás a la historia como el revolucionario que se quedó dormido. —Bromea el otro muchacho.

Despierta abruptamente, tomando grandes bocanadas de aire. Ha tenido una pesadilla terrible. Mira a su amigo, quien aún se ríe de la broma, lo toma por los hombros.

—¡Yuto! ¿Aún estamos vivos?

—Así me parece, ¿estás bie-

—He tenido un mal sueño. Nuestro plan fracasaba y moríamos. Te vi morir frente a mis ojos y fue horrible —le comenta intranquilo, las manos le tiemblan sobre los hombros de su amigo.

—Debes estar tranquilo, has soñado con este día hace un montón de años, saldrá bien, te lo juro.

A la carpa entra Hui, que aún trae consigo parte del uniforme militar de la nación. Los mira y se ríe de forma burlesca.

—Lo siento, espero no haber interrumpido algo importante —dice llevándose las manos al abdomen —, pero ya es hora de partir.

Wooseok asiente, mientras retira las manos de los hombros de Yuto comprendiendo que la postura se podía malinterpretar. Hui se retira.

Se incorpora para levantarse de la litera y ve como su amigo se dirige a la salida, ambos intercambian una mirada.

—Prometo que saldrá bien, Woo. Y si muero, sencillamente deja que pase, es inevitable, sabes que incluso muerto estaré apoyándote —Yuto le anima sonando optimista, posteriormente, se retira.

Una vez que está de pie, Wooseok suspira, temiendo por su sueño, esperando que no sea una premonición.

Aunque se niega a creerlo porque hasta la fecha nunca ha tenido dotes proféticos, para nada, en lo absoluto.

Pero le aterra la idea de que algo salga mal y tenga que ver a Yuto morir frente a sus ojos, porque recuerda la promesa que hicieron.

Que ambos verían un futuro mejor para la nación.

Porque recuerda que conoció a Yuto mientras ambos eran encadenados por el mercenario y corrupto ejército de la nación cuando apenas eran niños. Porque servían como fuerza de trabajo y tal vez servirían mucho más en la guerra.

Recuerda que desde ese día nunca se han separado. Porque mira el número en su brazo. Porque su existencia se reduce a un número tatuado a la fuerza en su brazo, con tinta tan negra como las alas de un cuervo.

Porque en el brazo lleva tatuado 10B140. Porque significa que fue un esclavo. Que fue del lote 10 B, que fue el 140. Porque antes de él venía el 139 y ese era Yuto. Y antes de Yuto estaba el 138 y ese era Hyunggu.

Y recuerda con pavor cuando veía a Hyunggu sufriendo torturas por su comportamiento revoltoso.

Ve con ira el uniforme que tiró al suelo la noche anterior para dormir más cómodo, porque ese uniforme le da asco, pero fue obligado a usarlo. Recuerda cuando se los llevaron a él, Hyunggu y Yuto a una celda que fue exhibida en el desierto, porque ellos eran la advertencia de lo que le pasaría al resto si se comportaban de forma inadecuada. Allí conocieron a Shinwon y Changgu, un par de chicos mayores que ellos, con ideales de rebelión y cambio que ya llevaban un mes en esa jaula, con las manos esposadas a los barrotes.

Tirano desterrado.「 ᴾᵉⁿᵗᵃᵍᵒⁿ 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora