fragmento

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El frío y la oscuridad era lo único que abundaba en aquel cuarto, el olor a humedad era penetrante, las paredes estaban llenas de moho y las adornaba el color carmesí de gotas de sangre. En la puerta se podían ver rasguños que solo te hacían pensar en las desesperadas ansias de alguien de salir de aquella habitación. El miedo, el sufrimiento y dolor era lo que se podía sentir en aquel cuarto, la oscuridad era tan abundante que te inunda de miedo, se podía sentir la maldad en su estado más puro, en pocas palabras esa habitación era el infierno mismo.

Sollozos, era lo único que se podía escuchar en aquella habitación. sollozos llenos de tristeza y desesperación, sollozos cargados de miedo y dolor, sollozos que pertenecían a dos pequeños niños.

Dos hermanos,  una niña de no mas de nueve años de edad, vestía un vestido blanco lleno de rasgaduras y decorado con gotas de sangre, a su lado su hermano que posiblemente era un año menor que la ella, vestía unos pantalones sucios y Rasgados que le llegaban hasta la rodilla acompañado de un suéter gris manchado.

Ellos se encontraban en una de las esquinas de esa sucia habitación, sus pequeños cuerpos temblaban a causa del frío, sus rostros estaban llenos de lágrimas, se veían tan frágiles. Sus cuerpos se estremecían por el dolor de los golpes que le habían propinado poco tiempo atrás. Sus cuerpos estaban llenos de moretones y rasguños que eran un recordatorio diario del infierno que estaban viviendo.

La niña miro a su hermano que se encontraba a su costado derecho, por más que le doliera todo el cuerpo y su garganta ardiera, miro a su hermano a los ojos y le dijo con la vos entrecortada,-algún día saldremos de este infierno, te lo prometo-le regalo una sonrisa cargada de tristeza y fijo su mirada en una pequeña ventana donde se podía ver la luna en su gran esplendor.

La noche era oscura, el viento estremecía los árboles. no se podía ver ni una solo estrella en el firmamento, pero pese a eso la luna seguía brillando como si fuera la única luz en medio de tanta oscuridad. En el cielo de  la noche reinaba una lucha constante para que la oscuridad no reinara. Aquel astro, era la única esperanza ante la horrible idea de que todo fuera oscuridad.

Aquella luna era la única esperanza que tenía esa pequeña niña, la cual  estaba viviendo el infierno en vida. Su vida estaba rodeada de dolor, maldad y oscuridad; y aquella solitaria luna en ese oscuro firmamento era lo único que brillaba en su vida, lo único que no la dejaba caer en un interminable vacío lleno de dolor.

-algún día yo brillare con la misma intensidad de aquella luna, yo voy a ser la luz en medio de tanta oscuridad-sus palabras no fueron más que un susurro cargado de tristeza pero con un toque de esperanza que se iba esfumando poco a poco y lo que ella no sabia es que en un futuro solo se convertirían en otra promesa vacía.

Su carita llena de lágrimas reflejaba todo el sufrimiento que estaba pasando, su cuerpo dolía por todos los golpes que le habían propinado poco tiempo antes. su cara tenía un moretón ocasionado por una cachetada, la garganta le ardía por todos los gritos que había emitido para que paran de hacerle daño además, su estómago se retorcía pidiendo a gritos un poco de comida. se podía ver sus labios temblar de una menara impresionante y todo ocasionado por el abundante frío de la habitación. Pero su dolor físico no se comparaba con todo el dolor de su corazón, un corazón que se estaba desmoronando  poco a poco, un corazón que estaba perdiendo la pelea contra toda la maldad que la rodeaba.

Se abre la puerta, se escuchan los pasos firmes del monstruo que ha hecho pesados  la vida de esos dos pequeños. En sus ojos se podía ver la maldad misma, sus palabras llenas de odio y malicia invadieron la habitación. aquella voz tenía un todo demandante e imponente, poso sus ojos en la pequeña niña que se encontraba acurrucaba en el colchón sucio que habían en el cuarto.

-levántate- esa sola palabra fue suficiente para infundir el miedo en la mirada llena de lágrimas de la pequeña

-que te levantes maldita sea-dio unos pasos más y agarro a la pequeña por el cabello

-hau duele, por favor basta-la voz de la niña estaba quebrada y llena de miedo, su cuerpo temblaba de dolor pero como pudo se levantó del colchón

La cara de la niña estaba horrorizada ante aquel hombre, su cabeza se llenaba de imágenes de todas las veces que la había lastimado, su cuerpo temblaba de miedo y su mente se preparaba para lo que lo peor, pero aun así el miedo la invadía hasta lo mas profundo de su ser.

En la otra esquina de la habitación se encontraba el niño, todavía se podían ver rastros de lágrimas en su rostro. El miedo lo invadió, miraba horrorizado aquella escena, se sentía impotente por el hecho de que no podía hacer nada para proteger a su hermana. en su rostro se podía ver que pedía ayuda a gritos, pero desafortunada mente ese fue un grito que nadie escucho, esa era una ayuda que nadie les pudo dar entonces lo único que restaba era aguantar aquel infierno por el que estaban pasando con la esperanza de que algún día poder escapar de esa vida.

dos hermanos, un monstruo y el infierno mismo.

Entre sombras "Between Shadows"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora