Al ritmo de tambores y clarinetes las bailarinas del harem se movía, agitando sus caderas, de un lado a otro mientras movían sus brazos y manos, las joyas que colgaban de sus escasas vestiduras chocaban entre ellas formando un pequeño tintineo.
La música concluyó y con eso también el baile, el último de la noche, el más importante. Cada miembro del harem se esforzaba por capturar la mirada del sultán, con sus llamativos pasos de bailes, deseaban ser elegidas para pasar el resto de la noche en la alcoba del gran señor.
Pero los ojos fríos del sultán solo miraban a alguien en específico, en cuanto aparecía en la habitación sus ojos azules no se despegaban de los suaves y un tanto torpes movimientos de un pelinegro.
El harem después del baile tenían la orden de irse a sus habitaciones y si el emperador las requería se les haría saber.
- ¡hey! ¡Tú!- gritó una joven rubia- en el último compás me tapaste, el sultán no pudo ver con claridad mi danza del vientre.
- ¿y? , No es como si se perdiera de la gran cosa- respondía otra chica
Y ahí estaba de nuevo otra pelea entre las mujeres del harem por querer llamar la atención del sultán Fukuzawa.
- ¡ya cállense!, no me dejan descansar- las regañaba un chico que estaba acomodado en grandes almohadas y que era el único chico que residía en el harem. Había llegado en calidad de esclavo, después pasó a ser un sirviente de las chicas del harem y terminó formando parte de él
- no te metas, tú estás de más aquí- le contesto la que había iniciado la pelea- ni siquiera entiendo cómo entraste aquí, ni bailar sabes.
-Pero al menos a mi si me han llamado a la habitación del sultán.
La rubia llena de odio caminó hasta él y le dio una bofetada, dejándole una marca rojiza en la mejilla del pelinegro- conoce tu lugar asqueroso esclavo- Se dirigió a las demás que mujeres del harem- ¿acaso no les indigna que nosotras siendo de sangre noble nos pongan al mismo nivel que este esclavo?...ni siquiera hace esfuerzo alguno a la hora del baile.
El discurso de la rubia se vio interrumpido por un toque en la puerta y entró uno de los sirvientes del sultán.
-disculpen las molestias, esta noche el sultán desea de la presencia de Ougai Mori.
Un silencio se adueñó del lugar y el bailarín que estaba tumbado en las grandes almohadas se puso de pie y con una sonrisa se dirigió a la chica
- Auch, debe doler que alguien que no baila te haya quitado una buena oportunidad.
El pelinegro llegó a la habitación, ahí el sultán lo estaba esperando.
Abrió la puerta y tras su paso la cerró. En realidad no era la primera vez que lo llamaban a esa habitación, pero si había pasado unos días desde la última vez que ingreso.
- te extrañe- dijo el sultán desde su cama, donde solo llevaba pantalones puestos , dejó al descubierto su pecho dejando ver una gran vista de un cuerpo bien ejercitado.
- sé que me extrañaste, desde que inició la presentación no dejabas de mirarme- camino lentamente hacia la cama- eres muy obvio .
-detente ahí- ordenó - quiero verte un poco más así- se acomodó de tal manera que se sentó a los pies de la cama con el pelinegro frente a él.- quiero que bailes un poco más para mí.
- pero acabo de bailar y tú bien sabes que soy tan malo que mis pasos deben ser una ofensa para Dios- se arrodilló ante el sultán - pero puedo hacer que Dios sienta envidia.
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El regreso del sultán [FIC- FUKUMORI]
FanfictionUn one shot fukumori que nació a partir de los arts nuevos, en donde Mori pertenece al harem de Fukuzawa solo es un fic que hice por diversión y ningún personajes me pertenece