Cartuchos de revelado.

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      __________Día 122________

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      __________Día 122________

Aquella cita había sido perfecta después de todo, ambos compartíamos tanto en común, desde nuestro característico sentido del humor, hasta querer vivir los últimos días de nuestra vida sin sufrimiento y dolor.

Un pequeño beso en la mejilla fue el final que marcara aquella noche, terminando así nuestro primer encuentro formal.

Al faltar Faustus al trabajo tenía que hacer guardia el tiempo completo con el gruñón de Dom, pero extrañamente aquella noche no necesite de ninguna sustancia química para sentirme en las nubes, el había ocasionado cada alucinacion.

La mañana siguiente llegó, lo que me llevó a querer huir a mi guarida, necesitaba estar lejos por un instante de aquella funeraria, aparte aquel desolado centro comercial era mi lugar favorito, donde podía contemplar todas las cosas que había capturado, omitiendo claramente mi álbum de Arte sacre que poseía.

Dom me autorizaba tomar fotografías analogas, claro, omitiendo los rostros de aquellos difuntos.

Al igual acudía a las diferentes funerarias de la zona con las que tenía contacto Dom.

Cada que había un caso singular de recepción de cuerpos me llamaban, para poder hacer algunas tomas, ampliando de esta forma aquel álbum.

En cierta forma era bella cada expresión y sentimiento de nostalgia que transmitían cada una de ellas, jamás pensé llegar a sentir apreciación por este tipo de arte visual, que a cualquiera en su sanó juicio volvería loco.

Los psicopatas, asesinos, necrofilos creo concuerdan conmigo en encontrarlo atractivo, toda una explosion orgasmica.

Vaya, pensar en esos trastornos me eriza la piel.

Antes de pasar a mi guarida solitaria decidí ir al cuarto oscuro de la Escuela de artes visuales, para revelar los cartuchos y sumar las nuevas fotografías a mí álbum escalofriante.

Al llegar al cuarto oscuro, tomé los accesorios necesarios para iniciar el proceso, aquel cuarto rojizo con negro, tranquilizaba de alguna forma mis inquietudes, siendo uno de mis refugios favoritos del mundo.

Al llegar al cuarto oscuro, tomé los accesorios necesarios para iniciar el proceso, aquel cuarto rojizo con negro, tranquilizaba de alguna forma mis inquietudes, siendo uno de mis refugios favoritos del mundo

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Cuando la vida nos separe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora