Interludio - ¡Por desgracia, Kami-sama!

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El color que cubría el cielo se estaba volviendo gradualmente de un brillante color rojo oscuro al color azul profundo de la noche.

Orario occidental. La Calle Principal del Oeste se componía de muchos empleados que regresaban a casa desde el trabajo o un grupo de Aventureros que acababan de terminar su exploración del Calabozo. En este momento, también era el período más bullicioso que ocurría dentro de un día.

--F-Finalmente sobreviví hoy......

Mezclado con la multitud de personas, Hestia se tambaleaba hacia adelante en el camino. Se tambaleaba hacia su casa como si estuviera tratando de escapar de los rascacielos en el centro de Orario.

Actualmente regresaba a su casa después de terminar su trabajo en la rama de la <Familia Hefesto> en Babel.

--Esa persona, Hefesto, debería ser ligeramente más misericordiosa......

A pesar de que era porque tenía que devolver el dinero. Todavía era muy cruel con Hestia, quien ahora se veía obligada a experimentar los retazos del trabajo pesado por primera vez, ya que siempre había vivido sobre la base de una vida perezosa.

No sabía si era debido a las órdenes de su amiga Diosa, pero los niños que trabajan en esa rama no tenían ningún respeto hacia ella, una Diosa. Era en la medida en que se podía decir que no se contenían mientras le ordenaban. Ante el trabajo que se le dio, repetidamente dejo escapar un suspiro.

El deseo de Hefesto, quien deseaba corregir la personalidad de Hestia de querer depender de otros desde la raíz, se podía ver desde allí.

--¡Ah, realmente quiero ver a Bell-kun..... !

Hestia, quien tenía su mente y cuerpo completamente drenados debido a los continuos días de duro trabajo, recordó el asunto de su propia familia dependiente.

Ya se había vuelto una actividad diaria durante ese tiempo esperar con ansias recibir suavemente al chico que regresaba del Calabozo—Así que a menudo salía temprano del trabajo—pero hoy la situación se invirtió completamente.

Realmente quería saltar rápidamente en su pecho y actuar como una niña mimada. Hestia, quien fantaseaba sobre esas cosas, arrastró su cuerpo pesado y aceleró para volver a casa.

-- —¿¡Nnnn!?

Entre la multitud en el Área de la Calle Principal, vio algo que parecía un conejo por la comisura de sus ojos, Hestia casi instintivamente miró hacia atrás.

Mezclado en medio de la multitud con muchas razas, una figura familiar aparecía durante algún tiempo y desaparecía de nuevo.


Danmachi Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora