Capítulo 06

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-Bien te escucho...- trago grueso, no tenía intenciones de decirle sobre Amelia, pero creo que es mejor empezar con la sinceridad estacione a un lado del camino y comencé a hablar

-Ella es mi beta, al decir mi beta es como decir mi mano derecha, desde que éramos niños me llamaba la atención, más que una amiga, de igual manera me dispuse a buscar a mi mate, cuando pasaron varios siglos sin encontrarla yo quise convencer a Amelia que nos juntáramos ambos estábamos sin mates, mis padres y los suyos estaban de acuerdo, la manada igual ya que siempre fuimos muy unido, el problema era que Lia o bueno Amelia no tenía sentimientos por mí y tenía miedo de que encontráramos a nuestros mates después, con el tiempo la fui enamorando, nos fuimos enamorándonos y nos comprometieron para nadie fue una sorpresa, nos casaríamos hoy en la tarde, pero te encontré y...-ella con su mano me hiso callarme

-¿crees que un amor de años se olvida de un día para el otro? ¡Literal!- yo negué rápidamente

-No entiendes porque no has sido una loba, cuando encuentras a tu mate olvidas a cualquiera y más cuando la marcas, es un sentimiento embriagador, tú estás dispuesto a lo que sea para que sea feliz, es un amor cegador, lo que sentía con Amelia no es nada comparado a lo que siento por ti, estas echa para mí y yo estoy hecho para ti, estoy seguro que conforme te vaya conociendo, te amare aún más, hueles a hogar, mi hogar, a Amelia le tengo un cariño totalmente fraternal

-Pobre de ella me siento tan culpable- ella suspira pesadamente, se tapa la cara y baja la mirada. Yo tomo su mano y la siento estremecerse sacando de mí una sonrisa.

-Amelia lo entiende, de verdad que lo hace, hable con ella y comprendió en cuanto supo que eras mi mate- bueno no tal vez de inmediato pero al rato si, cosa que voy a evitar comentarle. Ella me mira con ojos incrédulos

-¡De verdad!- le digo desesperado y ella ríe con lo cual me quedo desconcertado

-De que te ríes no hay nada gracioso- ella ríe aún más fuerte, yo no puedo evitar reírme sin saber la razón

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Emergencias estaba relativamente tranquilo, no más que un par de casos de ortopedia por un accedente en bicicleta pero nada quirúrgico, Aprill se encontraba en consultas así que creí sería bueno ir a darle una vuelta, toque la puerta con dos golpecitos el "adelante" me hiso abrir la puerta, Aprill estaba con la bata y con la ropa que le había comprado anteriormente, escribía en su computadora con rapidez, ni siquiera elevo la vista para hablar

-¿Qué quieres?

-Que descortés y al frente de tus pacientes- una señora y su hija (deduzco que es su hija) están sentadas al frente de su escritorio, yo les sonrío y me recuesto en el marco de la puerta, ellas ríen y su hija me repasa de arriba abajo, esta juventud ni discreción tienen

-estoy ocupada habla rápido si no quieres que te eche, como dijiste estoy con pacientes- ella voltea a verme con una mirada retadora y una pequeña sonrisa

-¿Almorzamos juntos? Ella asiente con una sonrisa yo me despido de los pacientes anteriores y me voy cerrando la puerta, la escucho pedir disculpas cosa que me da gracia

Cuando me dirijo a por mí almuerzo el teléfono en mi bolsillo vibra, veo el nombre de Amelia en la pantalla, lo contesto

-¿Si?

-Alec, el consejo se reunió y te quieren ahora- yo suspiro es bastante cansado

-bien estaré ahí en un momento

-Te espero- cuelgo y le escribo un mensaje a Aprill diciéndole que no podre almorzar con ella, me entristezco quería hablar con ella así que le digo que una vez que salga del trabajo vaya a mi casa para cenar y hablar, espero unos minutos mientras me cambio y busco mis cosas pero no contesta, tal vez se enojó por que la deje plantada, eso hace que me ponga de mal humos, tomo el almuerzo que me preparó y lo monto al auto

Guardianes del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora