Yume estaba parada en su posición mirando a su alrededor buscando enemigos cerca pero nada, hasta que un ruido estremecedor la hizo sobresaltarse y apuntar con su arma al lugar donde el sonido fue emitido. -Calmada, vas a volarle la cabeza a alguien con eso.- Dijo riendo su compañero del cual, se había olvidado sobre su existencia hace rato ya. -Atraerás enemigos haciendo ruido.- Mantenía difícilmente su calma y lo miraba con odio. -No me importa, para eso eso estamos aquí ¿No?- Ella no respondió y solo miro a otro lado ignorándolo completamente, al darse cuenta de esto el chico se acerco a ella lentamente haciendo que ella retrocediera al darse cuenta de eso. -Aléjate.- Dijo ella con dureza y algo de fastidio. El chico seguía caminando hacia ella mirándola fijamente y sin escucharle. -Me odias ¿Cierto?- Ella solo se alejaba de espalda y no respondía. -Dímelo, quiero oírlo salir de tu boca.- Yume no soportaba que se le acercaran demasiado y ya comenzaba a sentirse incómoda pues se acercaba más rápido el chico. -Apartare Mako.- El no la escucho y la tomó del brazo jalándola. -Se que no me odias, no puedes ni siquiera decírmelo y eres fácil de leer.- Jaló su brazo haciendo que lo soltara y detrás de ella sintió la pared donde golpeó su brazo. Estaba acorralada ahora.- Su mano se acerco al cabello negro con rayos azules de la chica y lo acarició. -Mako...no.-
-Yume, no puedes vivir sin mi, ni yo sin ti. Te complemento.- En su cadera se posó la otra mano del chico y sus ojos se juntaron, fue una explosión. -Tu eres el sol y yo la luna, somos muy diferentes pero nos necesitamos.- Yume no entendía cómo podía estar pasando eso. Ni como Mako decía eso con una seguridad tan grande, a pesar de ser cierto, ella no lo aceptaría.
-Pero ¿adivina que? Yume.- Tartamudeó la chica. -¿Qué?- Mako acercó su boca a su oído. -Te voy a eclipsar.- Le susurro antes de besarla. Ella ya no opuso fuerza y relajó su cuerpo mientras se dejaba llevar por aquel beso.
