La noche había caído tan vagamente frente la habitación del japonés.
Una linda gradación caía sobre el torso desnudo de Yuta, sintiéndose pequeño esperando a su novio salir del baño.
Nunca habían preparado nada, ni lo hicieron esa noche, pero jamás habían hablado de la posibilidad de perder la virginidad antes de la acción.
Siempre era el mismo patrón: esperaban hasta estar medianamente solos para comenzar con besos lentos y terminar con los labios hinchados y algunas marcas débiles en el cuello. Y una frustración que cargaba desconcentración y dolores en zonas erógenas.
De sólo recordar qué iba a pasar después de esto se le erizaba la piel, tanto que un escalofrío lo hacía sentir vergonzoso de estar en su cama a la espera de Taeyong.
La puerta rechinó cuando el mayor la abrió lentamente, saliendo y apagando la luz de ella.
-¿Estás bien Yuta? —Su desasosiego se disipó al ver la sonrisa más sincera que pudo apreciar de Yuta.
-Sólo estoy un poco nervioso, es todo. —Se sinceró en un susurro.
Su anatomía tembló cuando al acercarse, Taeyong lanzó la remera que tenía puesta cerca de la puerta, y se subió encima de él.
-¿Estás seguro? —Le preguntó por última vez, cerciorando de la seguridad de su menor.
-Taeyong, no podría estar más seguro de perder la virginidad contigo. Te amo. —El nombrado esbozó una sonrisa enternecido y agradecido de ser él el actual dueño de su corazón.
Sabía que todo tiene un final, y que el destino a veces podía dar giros bruscos, por eso le gustaba disfrutar de tener la presencia de Yuta, y si algún día llegan a separarse por X o por Y, quedarse con los mejores recuerdos.
Y a pesar de que ese final le aterraba, lo iba a aceptar y a seguir con su vida.
-Yo te amo más, Yuta. —Se acercó a esos labios rojos, sacándole un pedazo de alma en un suspiro, moviéndose lento y amoroso, como nunca antes habían intentado cuando estuvieron a punto de hacer el amor.
Con una mano puesta al costado de la cabeza del japonés y la otra en la mejilla derecha, apuró muy poco su beso, moviendo sus caderas arriba de él para acomodarse mejor.
En el corto tiempo que separaron sus belfos, Yuta emitió un débil jadeo, reprimido otra vez en el beso más romántico de su corta vida.
Sus temblorosas manos viajaron por el torso desnudo de Taeyong. Siempre había querido tocarlo sin prisa, sentir y recordar cada parte de su pecho. En el abdomen bajo podía apreciar las venas que seguro terminarían más abajo, dónde él piensa qué es.
Volvieron a separarse, el coreano levantó su cadera para desabrochar y bajar el pantalón de Yuta bajo su propia vista. Lleno de placer, con el semblante más sexy pero tierno que pudo observar en su relación. Se sentó nuevamente cuando ambos estaban completamente desnudos, con un sonrojo fuerte, y un gemido agudo de Yuta.
-No puedo creer que esté pasando. —Siseó cuando el coreano se concentró en besarle el cuello con sus húmedos labios por haber hecho contacto con los contrarios.
-Siénteme, Yuta. —El nombrado volvió a analizar en la penumbra el torso de Taeyong, con sus manos empezando a sudar y andar erróneamente cuando el coreano la bajó hasta su miembro, dando un pequeño sobresalto arriba suyo.— No seas tímido, amor. —Un pequeño movimiento, un pequeño bombeo bastó para tener al mayor tenso encima suyo, con sus ojos encontrándose, sin querer despegarse.
ESTÁS LEYENDO
Si el tiempo nos alcanzara | Yutae T.S
FanfictionTaeyong sólo quería tener un tiempo a solas con su novio. [Copias y adaptaciones mientras se acredite al autor]